En fase de prueba: científicos crean medicamento para restaurar la función cardíaca
Las enfermedades cardiovasculares causan la muerte de 17,5 millones de personas cada año, según la Organización Mundial de la Salud, junto a la discapacidad de millones más, cuyos tratamientos no logran restaurar la función del músculo cardíaco después de un ataque al corazón. Por esto, investigadores estadounidenses trabajaron en el desarrollo de un fármaco que ya ha dado buenos resultados en la rehabilitación de lesiones cardíacas de peces cebra y ratones.
"El impacto potencial de MSI-1436 es enorme", dijo uno de los autores del descubrimiento, el biólogo Viravuth P. Yin, a la revista especializada Regenerative Medicine. "Si muestra resultados similares en los seres humanos, será un cambio de juego para los pacientes que sufren un ataque al corazón y/o están viviendo con enfermedades" en el músculo vital.
Cuando una persona tiene un ataque de este tipo, parte del músculo cardíaco muere y la cicatriz asociada interfiere con la capacidad para bombear sangre eficazmente, por lo cual los autores creen que el MSI-1436 es el primer candidato a fármaco que ha demostrado reducir la cicatrización, e inducir la regeneración cardíaca en un mamífero adulto.
El Laboratorio MDI y Novo Biosciences, en cuya infraestructura se desarrolló el fármaco, está intentando probar la fórmula en cerdos, animal cuyo corazón se asemeja más a los humanos.
experimento
La investigación para dar con el compuesto MSI-1436 fue realizada por Yin en pez cebra, animal cuyo organismo puede regenerar la forma y la función de casi cualquier parte del cuerpo.
Ahí encontró que la administración del medicamento aumentó la regeneración del apéndice en 200% a 300%.
Luego replicó el ejercicio en el corazón del pez y nuevamente los tejidos se regeneraron, en el mismo grado.
Yin continuó su análisis con ratones adultos, que, al igual que los seres humanos, tienen una capacidad limitada para la regeneración.
En estos mamíferos, la administración de MSI-1436 al día siguiente de un ataque cardíaco aumentó la supervivencia, mejorando la función cardíaca entre dos a tres veces; redujo el tamaño de la cicatriz en 53%, disminuyó el adelgazamiento de la pared ventricular y estimuló la proliferación de células en la zona fronteriza del infarto generado.