Gustavo Riquelme vuelve a su pintura con nueva exposición
Cerca de cuatro meses ha dedicado Gustavo Riquelme, para llegar con todo listo a su exposición "Odisea" que decidió montar junto a su amigo y colega Luis Hidalgo. El encuentro abrirá sus puertas al público mañana, a partir de las 18 horas en galería Aula Magna y se extenderá hasta el 24 de marzo próximo.
Y es que con esta muestra de tres semanas, más allá de visibilizar el talento de ambos artistas, expresado en alrededor de 20 pinturas que colgará cada uno, pretenden captar en el observador distintas apreciaciones e interpretaciones. "Lo que nosotros queremos es que la gente se deleite con la belleza. Yo invito al espectador a que se involucre hasta el punto de que vea algo de sí mismo en mi pintura. En el fondo es lo mismo que hace Luis. Estamos de acuerdo en eso", señala Riquelme, quien se dedica al arte desde los 15 años.
Respecto al nombre de la exposición, que honra al épico poema griego de Homero, el artista cuenta que se le ocurrió ya que, al igual que el héroe de la obra, pretende lograr un retorno, pero no a casa, sino a la esencia de su pintura. "Durante dos años me dediqué a pintar figurativo, entonces la gente que conoce mi trabajo empezó a cuestionar el tema y claro, estuve un tiempo alejado de la pintura que me caracteriza. Entonces, esto se trata de retornar a lo que siempre me motiva que es este juego de descubrimiento", dice.
Es importante destacar que entre las propuestas de Riquelme convergen diversidades de estilos, movimientos, emociones, ideas e imaginarios. Su obra, como lo define, es un cauce que contiene algo de todos los referentes del siglo pasado; "yo les robo a todos un poco para mis obras, soy un ladrón", señala el artista que se formó en la Universidad de Concepción.
Y si algo tienen en común sus cuadros, aparte de la definición en óleo, es la presencia de los círculos."No es sólo una figura geométrica, es más que eso. En mis trabajos el círculo representa la perfección, lo divino y lo trascendente", apunta, destacando además que cuando pinta muchas obras paralelas, se le genera un problema ya que una va influenciando a la otra.
UN TRAZO COMPARTIDO
La amistad, en este caso, fue la principal responsable de unir los pinceles de estos dos pintores penquistas en una sola exhibición. "Nos juntamos porque somos amigos. Luis tiene mucho parecido a mí, porque a pesar de que empezó a pintar mucho más tarde (a los 30 años), siempre observó mi pintura. Dice que soy una especie de profesor para él, aunque yo nunca le hice clases. Basó todo en la observación", cuenta Riquelme.
Asimismo, Hidalgo pretende partir desde lo que se conoce en el arte visual como lo más básico: el blanco. "Él también quiere mostrar el comienzo, o sea volver. Toda pintura nace de un blanco, supuestamente, antes no era así, pero la mayoría de los artistas pintan en la superficie blanca, entonces eso pretende rescatar", cuenta.
A pesar de que las técnicas que usan ambos artistas son diferentes, ya que Riquelme define sus creaciones en óleo e Hidalgo en acrílico, logran compatibilizar muy bien la exposición, que esperan se desarrolle en un entorno social tranquilo.
Si bien para nadie es un misterio que en Concepción las pinturas no sean un éxito en ventas, Riquelme se muestra de igual forma esperanzado. "Lo primero que quiero es que la gente entre. Pero me motiva que la sala esté al lado de la plaza, entonces así puede convocar a un público más amplio", apunta.
Durante la inauguración, los protagonistas del encuentro van a dirigir algunas palabras a los asistentes y, además, contarán con el apoyo de los músicos Pablo Cornejo y Rodrigo Arriagada, quienes proyectarán su talento mientras en la sala se comparte un vino de honor.
UNA MIRADA CRÍTICA
Riquelme, se suma a la crítica que pareciera ser universal en el mundo de las artes y que tiene relación con la falta de espacios y profesionalización. Si bien, en esta oportunidad se trata de un pintor consolidado que vivió los años memorables del colectivo Grisalla y que tuvo sus inicios en 1989, de igual forma tiene una apreciación desigual de lo que actualmente sucede en esta ciudad.
"Me gusta mucho lo que está pasando actualmente con los grabadores en Concepción, pero creo que los pintores ya tuvieron su momento de gloria. Ahora los pintores que surgen acá no son muy clásicos. Ahora pareciera que no les interesa tanto la tradición por el estilo", cuenta el artista, haciendo alusión a que la pintura actual no se compara a la del siglo pasado.
Aparte, aclara que el proceso de la pintura no necesariamente tiene una pauta que se deba seguir. "A la pintura uno está todo el día dándole vueltas. A mí no me obsesiona estar con un pincel todo el día, por ejemplo a mí me gusta caminar mucho y creo que eso va nutriendo el trabajo de cierta manera con sólo observar, pensar. Lo mismo pasa cuando sueño", finaliza.