El patrimonio va mucho más allá de los muros
Cuando se habla de patrimonio, la mayor parte de las personas no entiende cabalmente a qué se refiere este término. Es más, en general, se asocia con lo antiguo, especialmente en relación con los edificios.
Ante este hecho y el que cada vez sea más frecuente atestiguar situaciones como la demolición de construcciones tradicionales de la ciudad para ser reemplazadas por edificios modernos que muchas veces no respetan la identidad ni la armonía del contexto en que se insertarán, han surgido voces que comienzan a organizarse para impulsar un cambio de mentalidad en la comunidad y, especialmente, entre los actores relevantes en esta materia, que permita dar protección a las construcciones que la comunidad considera valiosas.
Es el caso de Rodrigo Peña, arquitecto de la Universidad de Concepción, quien afirma que "el patrimonio debería ser un factor que influyera en la planificación estratégica de las ciudades. Por esto, realicé mi título estudiando el cerro Amarillo, acá en Concepción. Creo que el concepto de patrimonio es muy usado, pero no se tiene una idea clara de a qué se refiere el término y que la discusión en torno al patrimonio no debe ser algo exclusivo de las personas que estudian la ciudad, sino que tiene que considerarse la experiencia del usuario, por lo tanto, es un tema que es pertinente para hablarlo en distintos contextos. Todos los que vivimos o pasamos por un lugar podemos entregarle un sentido", detalla.
"Actualmente, hay varias agrupaciones que están preocupadas por este tema y esto tiene que ver con una manifestación de la experiencia de vivir en la ciudad y no es exclusivo de lo arquitectónico o lo estético, sino que está relacionado con el significado que los lugares tienen para las personas. Éste es el caso de la fábrica de paños Bellavista en Tomé, que está en relación directa con la población que la rodea y cuyas vidas giraban en torno a ella", ejemplifica el investigador.
Respecto de estos nuevos movimientos que han surgido en diversos puntos de la intercomuna a partir de la preocupación por el casi nulo resguardo del patrimonio, el arquitecto destaca que "lo bueno es que la información que ellos producen llega a todos, pero falta que los distintos actores que influyen en estos temas, conversen y lleguen a acuerdos".
De acuerdo a lo que indica Peña, el caso de la población Aurora de Chile es un ejemplo claro de esto. "Esta renovación urbana, en este caso, la construcción del puente y la conexión de Concepción con San Pedro de la Paz, puede ser muy necesaria para el desarrollo de la zona, pero ¿qué pasa con el patrimonio inmaterial que representan las redes sociales desarrolladas al interior de la población? ¿Por qué no se consideraron estos elementos al momento de aprobar el proyecto?", argumenta.
En este sentido, y por ejemplo, en relación a las demoliciones que han sufrido durante las última semanas las casas del pasaje Trinitarias, específicamente, en la esquina con la avenida Chacabuco, el arquitecto se pregunta: "¿Qué pasa con el rol restrictivo que debería tener el plan regulador? No se puede desconocer que un privado tenga intereses económicos, pero como comunidad deberíamos ser capaces de poner los límites a esto, reconociendo ciertas exigencias que deberíamos ser capaces de imponer. Y eso es lo que le falta al plan regulador municipal actualmente, que no restringe lo que debería restringir y sin influir realmente en los hechos", afirma.
Desde su perspectiva, lo mismo ocurre "en el barrio poniente de Concepción, donde actualmente hay enormes edificios, uno de los cuales, está por Lincoyán (con Rozas) y cortó el cerro Amarillo sin ningún respeto por el valor paleontológico que tiene este territorio en específico. Este tipo de decisiones no se pueden tomar a puertas cerradas. Por un lado, las autoridades tienen la responsabilidad, tienen que tomar decisiones y cumplir con las exigencias de desarrollo de la ciudad, pero estas decisiones deben estar correctamente informadas, por las fuentes que tienen los antecedentes más adecuados. Porque así, como se ve desarrollo, también se pierden oportunidades, por no considerar la opinión de la comunidad", destaca.
Otros lugares de interés de estudio según Peña "son el Parque Ecuador, la estación Andalién y debemos hacerlo preguntándonos cómo desde el habitar un lugar podemos reconocer sus valores tanto positivos como negativos, y plantearnos cómo se les puede dar un valor a lugares que actualmente se han transformado en focos de deterioro", explica.
COMPENDIO
ARQUITECTÓNICO
Una opinión bastante similar tiene el también arquitecto UdeC, Luis Darmendrail, quien en 2004, cuando aún estaba en el colegio, creó el blog Historia Arquitectónica de Concepción. Actualmente, está ampliándola hacia un recurso más enciclopédico y estableciendo nexos con iniciativas similares en otras ciudades de Chile. "El estudio de la historia urbana es algo que nos preocupa a muchos, con las problemáticas actuales de la destrucción de la memoria y de la poca preservación de la memoria. Ése fue el origen de la página web, ante la demolición de los edificios que la UdeC tenía en Barros Arana para dar paso a la construcción del mall del centro", explica y agrega que también cuenta con un canal de YouTube donde publica los registros de sus participaciones quincenales en el matinal "Nuestra Casa" de Canal 9 Biobío TV. "La motivación es conocer a la gente e invitarlos a que conozcan sus barrios y derribar el mito de que en Concepción no hay edificios históricos ni arquitectura interesante. Tal vez no tenemos edificios de 300 o 400 años, pero la ciudad que tenemos hoy, con los edificios que se construyeron en el siglo XX, es la imagen que define a Concepción, con los edificios modernos del centro y también con la escala barrial de sectores como Lorenzo Arenas, El Golf y Baquedano, por ejemplo, que son resultado de iniciativas tanto estatales como privadas y son lo que los penquistas tenemos como nuestro patrimonio y debemos conocerlo, difundirlo y protegerlo, y no sólo con los instrumentos legales con que contamos, que son bastante débiles", explica.
En cuanto al desafío de involucrar a la comunidad en estas temáticas, el investigador enfatiza que "es importante difundir en lenguaje simple, ya que a las personas no les interesa la información técnica de los edificios, sino las experiencias que los conectan con ellos, y eso es importante al momento de transmitir estos conocimientos a la gente. Por eso, empecé a escribir artículos temáticos con el trasfondo de la arquitectura y la historia, pero cruzados por otros temas que los hicieran más atractivos".
Por otra parte, es fundamental entender que el patrimonio no necesariamente está ligado a la antigüedad de los edificios. "Tiene que ver con los aspectos culturales o intangibles que los ciudadanos le otorgamos a los lugares, porque la arquitectura es el testimonio edificado de los tiempos, esto es podemos aprender de la cultura de otras épocas a través de ella, evidenciando cambios culturales, sociales, políticos o económicos", afirma Darmendrail.
Respecto de las demoliciones que cada cierto tiempo se arremeten en nuestra ciudad, argumenta que "se debe entender que cualquier modificación en el sistema urbano impacta el entorno en su totalidad, como en el caso de las demoliciones del pasaje Trinitarias en la esquina con Chacabuco. Las calles están plagadas de grandes edificios, de más de veinte pisos, decisiones que se toman simplemente porque las empresas tienen el poder adquisitivo para hacerlo y, por otra parte, los instrumentos que deberíamos tener para evitar esto no son lo suficientemente fuertes. Todo es muy técnico y cuantitativo, pero no hay ningún estudio cualitativo", opina el arquitecto.
Sin embargo, Darmendrail destaca que no todo es negativo en esta materia. "Existe, eso sí, en el plan regulador, una categoría que se denomina inmueble de conservación histórica, que permite su protección ya sea total o de fachada. El problema es que, en todo Concepción, sólo 36 edificios tiene esta calidad, gran parte de los cuales son de la UdeC. Esto debe considerarse una base que no se ha actualizado, un muy buen inicio. Falta reconocer grandes hitos de las arquitectura moderna como algunos edificios del centro, o la arquitectura industrial o la remodelación Paicaví, o un barrio como la población Baquedano, por ejemplo".
En cuanto a la responsabilidad que generalmente se le atribuye a los movimientos telúricos en la destrucción de los edificios patrimoniales penquistas, Darmendrail explica que "es cierto que los terremotos han afectado, pero la mayoría de los edificios han sobrevivido tanto en el '39, '60 y 2010, pero luego han sido demolidos muchos de ellos o han sufrido incendios o terminan abandonados".
"Es válido que una inmobiliaria construya un edificio, es su negocio, pero no es necesario que lo hagan destruyendo la ciudad. Hay muchas experiencias en el mundo donde se incorpora el proyecto a un contexto que ya estaba ahí. Que no es lo que sucede con las grandes tiendas que hay en la calle Barros Arana", enfatiza.
En referencia lo que ocurre actualmente en el pasaje Trinitarias y su entorno, Darmendrail afirma que "el problema con Chacabuco es que puedes construir prácticamente lo que quieras y por eso se produce este desorden de alturas, con edificios de 20 pisos al lado de casas de dos, luego un edificio de cuatro. Tampoco se respeta la trascendencia de los pasajes que se construyeron después del terremoto del '39, cuando Concepción se transformó en su arquitectura urbana con nuevos barrios, diagonales y estos pasajes que abren las manzanas, con casas de dos pisos, de esquinas curvas y mucha horizontalidad", explicó.