Durante el periodo estival es muy común que los veraneantes disfruten sus días de descanso en diferentes balnearios. Playas, lagos y piscinas logran refrescar a quienes buscan capear el calor.
Pero si bien es cierto que la diversión puede ser mucha mientras se disfruta de un baño, hay ciertos riesgos a los que puede quedar expuesto el cuerpo. Frente a esto, uno de los más comunes es el cloro que hay en las piscinas, que puede afectar la piel de distintas formas.
Tal y como expresó la enfermera Carolina Sepúlveda, el cloro es un elemento químico que se utiliza para evitar la aparición de gérmenes en las zonas de baño, pero que en concentraciones elevadas y en pieles susceptibles, puede ocasionar verdaderos problemas a quienes tienen contacto con él.
"Uno de los efectos más comunes que produce el cloro en la piel es la sequedad y algunas erupciones cutáneas", comentó.
Según la especialista, cuando las personas nadan por un tiempo prolongado, desde una hora hacia arriba, el cuerpo absorbe tanto cloro como el agua que se puede beber durante una semana.
Bajo el criterio de Sepúlveda, algunos tipos de piel pueden ser más susceptibles al cloro que otras. "Cuando se padece de 'dermatitis eccematosa', una forma de reacción alérgica, el cloro tiende a causar efectos negativos más rápido que a aquellos que no la presentan", describió.
La enfermera quiso recalcar que no sólo es la piel la que sufre con el cloro, sino que también el pelo, los ojos y se pueden presentar descontroles hormonales, asma, alergias y desbalance de la flora intestinal.
"El porcentaje de cloro incluido en el agua que podemos pasar a tragar, podría destruir colonias de bacterias beneficiosas para nuestro tracto intestinal", explicó.
HIDRATACIÓN Y ENJUAGUE
Sepúlveda recomendó instalar un filtro en la ducha de la casa para eliminar el cloro del cuerpo y otros productos químicos después de un baño en la piscina. "Es preciso tomar ciertas precauciones para que la piel no se seque de manera exagerada con este producto tóxico", agregó.
Cristián Ponce, instructor de natación, coincidió con la enfermera respecto de tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar el daño en la piel.
El deportista, sugirió mantener una buena hidratación cuando se desee pasar varias horas en la piscina.
"La deshidratación puede provocar que la piel se vuelva más susceptible a daños ocasionados por el cloro, ya que puede quebrantar sus defensas naturales", añadió.
Por esa misma razón, es sumamente importante ingerir suficientes cantidades de agua durante las horas de baño en el periodo de verano. "La ingesta de agua debería ser cada 15 minutos aproximadamente, sobre todo para los niños que tienen la piel mucho más delicada que los adultos", expresó.
Asimismo, el instructor recomendó darse una ducha terminada la sesión dentro de la pileta. "Hay que pasar varios minutos bajo la ducha enjuagando bien la piel. Así, se eliminan los residuos de cloro que pueden adherirse a la misma", apuntó.
De acuerdo al planteamiento del especialista, los bañistas deben darse esta ducha para reducir la cantidad de cloro que la piel pueda absorber. "Al final del tiempo dentro de la piscina o al terminar de nadar, recomiendo utilizar jabón para eliminar todo rastro de esta sustancia", comentó Ponce.
NADO AL AIRE LIBRE
Lo más común es ir a una piscina en un espacio abierto y con un entorno más cercano a la naturaleza. Pero por otro lado, también existe la posibilidad de que estas se encuentren en espacios cerrados, que es una causa que puede aumentar los daños en la piel.
El deportista mencionó que "los problemas cutáneos aumentan cuando las piscinas son techadas, porque el cloro entra en suspensión justo encima de la superficie del agua, sin que se logre ventilar", detalló.
Bajo esta premisa, Ponce siempre ha recomendado ir a piscinas abiertas, donde la ventilación del agua permite que el contacto del cloro con la piel sea mucho menor. "Tanto en niños como adultos, los problemas de sequedad aumentan si es que la piscina está encerrada. El cloro se tiende a poner mucho más denso y provoca un efecto aún mayor", agregó.
Por otro lado, el experto apuntó que otra medida para evitar el deterioro cutáneo es aplicar aceite de coco u otro emulsionado natural justo antes de bañarse, para que la penetración del cloro en la dermis sea menor.
"Aplicar estos productos crea una especie de capa en la piel que logra protegerla del producto tóxico", describió.
Por último, Ponce sugirió preparar una botella con una cucharada de polvo de vitamina C y mezclarlo con agua.
"Esto se pone después de nadar y se enjuaga al momento de ducharse. Le da nutrientes a la piel. Además, lavar el traje de baño también es importante", finalizó.