Un impredecible ante el reto de "hacer EE.UU. grande de nuevo"
Aunque se ha mostrado como una figura impredecible, sí está claro que Donald Trump llegó a la Casa Blanca con el reto de cumplir una promesa electoral tan rotunda como difusa: "Hacer a EE.UU. grande de nuevo".
El multimillonario, una ex estrella televisiva, dueño de un imperio inmobiliario y novato en política, causó conmoción con su inesperado triunfo ante Hillary Clinton. Por ello no extraña que la llegada al Despacho Oval de Trump, conocido por su carácter impulsivo, genere una extraordinaria incertidumbre y desconcierto, dentro y fuera del país.
Thomas Mann, politólogo del centro de estudios Brookings, comentó a EFE que EE.UU. no se halla, por primera vez en mucho tiempo, ante "un nuevo Presidente normal que va a asumir el poder", pues "nada es normal" acerca del empresario republicano.
Frente al demócrata Barack Obama, que dejó la Casa Blanca con una notable popularidad tras ocho años de gobierno, Trump toma el relevo como el Mandatario electo más impopular del país en décadas: 51% de desaprobación y sólo un 44% de apoyo ciudadano.
En el agitado periodo de transición, el magnate confeccionó un gobierno que mezcla figuras republicanas, como su jefe de gabinete, Reince Priebus; con populistas, como su asesor principal, Steve Bannon, acusado de racismo.
En opinión de Mann, esas "señales", junto a la llamada "democracia tuitera" de Trump y los constantes ataques a la prensa, son "preocupantes" y plantean la interrogante de si el magnate "respetará las normas democráticas o nos conducirá en una dirección autoritaria".
25 millones de empleos
Trump hereda una economía que, tras superar la grave crisis de 2008, volvió a la senda del crecimiento, aunque muchos trabajadores que perdieron el empleo durante la recesión, a quienes el empresario llama "los olvidados", aún no sienten alivio.
El magnate, que prometió ser "el mayor generador de empleos que Dios haya creado", encara el desafío de crear "al menos 25 millones de empleos" con incentivos fiscales y recetas proteccionistas.
OBAMACARE
En política nacional, el Presidente se propuso desmantelar aspectos clave del legado de Obama, como su reforma de salud, denominada popularmente como "Obamacare", y que ha beneficiado a más de 20 millones de personas, si bien no ha detallado ninguna alternativa.
Para ese y otros menesteres, Trump tiene la suerte de que el Partido Republicano controla el Congreso, pero aún así deberá esmerarse en mantener una buena sintonía con sus correligionarios, que forman parte del establishment al que ha denostado sin cesar.
En materia de política exterior, que Trump abordará bajo la premisa de "EE.UU., primero", el nuevo Presidente se topa con dos guerras aún abiertas y con presencia de miles de soldados estadounidenses: Afganistán e Irak.