"Pasajeros" es una simplista historia de ciencia ficción
Con los avances de la tecnología, Hollywood es cada vez más capaz de producir constantemente películas del género de la ciencia ficción. Varias fueron estrenadas en 2016, con Arrival y Rogue One como las puntales, mientras que otras como Cell o Día de la Independencia 2 dejaron muchísimo que desear. "Pasajeros" probablemente se encuentra justo en el medio.
La historia nos muestra a un mundo futurista, en el que una gigantesca nave espacial vuela desde la tierra hasta un planeta desconocido. En su interior, más de 5 mil pasajeros "hibernan", para no ser afectados por los 100 años que demora el viaje. Debido a causas desconocidas, un pasajero (Chris Pratt) despierta y se da cuenta que no hay forma alguna de volver a dormir.
Los primeros 30-45 minutos de película son extremadamente efectivos, con una buena presentación del personaje principal y un manejo inteligente de la exposición. Hay tanto que necesitamos saber, que en su primer acto la cinta se asegura que conozcamos solo lo justo y necesario.
Como viene siendo costumbre en los últimos tres años, Chris Pratt entrega una sólida interpretación de un hombre común, atrapado en una situación inmerecida, que lo llevará a cuestionarse su propia humanidad en el interior de esta nave. Similar es lo que ocurre con Jennifer Lawrence. Su personaje en convincente, bien trabajado. Es evidente que la favorita de los Premios Oscar (3 nominaciones en los últimos 4 años), posee un enorme talento y en "Pasajeros" lo vemos en su esplendor, principalmente durante el segundo acto de la cinta.
Visualmente hay muy poco que criticar. Podríamos decir que es de esas películas en la que nada de lo vemos nos sorprende, pues no se trata de nada que no hayamos visto en otras producciones del género. Pero sin dudas todo está correctamente realizado, desde los efectos especiales hasta la ambientación futurista, que logra un estilo propio convincente.
El gran problema de "Pasajeros" es su trama, más bien, el desarrollo que sufre la trama desde cerca de la mitad del metraje en adelante. El primer acto plantea una primicia muy interesante, con potencial, que podría haber culminado en una travesía épica en el espacio. Pero, a diferencia de otras película del género, que sin brillar se las ingeniaron para lograr se recordables (hablamos de Interstellar o sátiras como El Quinto Elemento), esto no ocurre ni de cerca.
Casi nada de lo que vemos en pantalla en la última hora de metraje es interesante. Lo peor de todo es que ni siquiera logra definirse del todo. A ratos es un drama romántico al que no se le explota todo su potencial. Luego vuelve a ser un filme de viaje espacial con toques de aventura, pero nunca logramos sentir esas sensación de urgencia. Todo es muy plano y poco dinámico al final de la película, logrando a ratos incluso llegar a ser aburrida.
Es una lástima, porque lo que en algún momento tuvo potencial para ser una extraña mezcla entre El Naúfrago y Moon, termina siendo más cercano a la típica película de romance barata, con la diferencia de que la acción ocurre en una nave espacial.
Ahora bien, como dijimos en un principio, en ningún caso pasajeros es una película desastrosa que no se pueda disfrutar. Al contrario, el gran problema es que termina siendo en exceso liviana de contenido para todo el potencial que su primicia podría entregar. Las buenas actuaciones de los protagonistas no logra salvar a la producción de ser solo un blockbuster mediocre de fin de diciembre, uno al que difícilmente recordaremos en los próximos años.