Las decisiones que le hacen bien o mal al contenido TVU
Televisión motivante y desafiante al mismo tiempo. Sin duda. Desde que en agosto pasado TVU pusiera en pantalla el concepto programático bautizado como "La comunidad del contenido", la pantalla regional tuvo un sismo de relevancia. Ello, en relación a poner en el plano "contenidos" que se atrevieron y sacaron a la luz aquellas "comunidades" que tienen algo que aportar al discurso del Biobío.
Desde el fondo, quien lideraba el proyecto era Rodrigo Álvarez (hoy fuera). Lo concibió, planteó y trabajó durante los meses anteriores (a lo menos 6).
El cambio evidenció, finalmente, que en la capital regional se puede hacer buena televisión, teniendo claro los pro y contra que puedan encontrarse en el camino. Sin embargo, el foco, y ahí lo interesante, estaba puesto en el texto. Lógicamente, en el marco de una puesta en escena donde la pantalla led del fondo daba el pie, para que una serie de rostros fueran entregando su cuota al aire.
Claramante, presencias como la de Gaba Haddad, en "La comunidad del contenido en movimiento" (lunes a viernes, entre las 17.30 y 20.45 horas); encontraron un espacio -junto a Edgardo "Galo" Vargas- para sacar adelante a diario un espacio que trata de demarcarse de lo típico.
Aunque la escena y los planos -la narrativa televisiva- tienda a ser plana para descubrir el ambiente, el contenido emerge de la mano de los invitados -las diferentes comunidades- como también de uno de los rostros más interesantes de la pantalla chica actual: Gaba Haddad.
Más allá de que a veces sus arranques e intervenciones dejen descolocado al director, compañero en el set, incluso, el televidente; su actitud es la que luce. Esto, en el marco de una televisión jugada en pro de un mensaje.
Y aunque en las primeras entregas Haddad se veía por sobre su pareja en cámara, Vargas ha sabido encontrar el equilibrio, y hoy son una pareja en pantalla.
EN LA CASA
En su estrategia al aire, antes del llamado "Estelar pop" -conducción de la mucho más posicionada Isidora Otero- la señal universitaria le dio forma a un pequeño programa (30 minutos) de formato amigable: "De aquí se ve tu casa".
Con la conducción de Rodrigo Álvarez -hoy fuera de pantalla- en el poco tiempo de su segunda temporada logró hacer una biografía penquista con su gente. Con aquellos rostros que escriben la zona, que construyen su historia y el día a día.
Para Álvarez, el cotidiano era lo relevante, logrando sacar a la superficie historias y relatos, vivencias y anécdotas "chicas" de personajes relacionados con la salud, el deporte y la cultura, entre otros. Concepción, finalmente, entre las 22 y 22.30 horas.
Buena estrategia, porque éste le daba el pie para que Otero continuara durante los próximos 90 minutos sin necesidad de cambiar la señal abierta. Pero, una mala decisión programática -dejar fuera "De aquí se ve tu casa"- ha hecho que "El estelar pop" "compita" con el bloque regional de noticieros centrales, la última media hora, tipo 22 horas.
Desde el punto de vista de la parrilla de TVU acá el fragmento "clave" era el de Álvarez y su forma de entresacar aquellas facetas y anécdotas desconocidas de quien tenía al frente. Lograba lo que otros programas no hacen, presentar un perfil televisivo del otro. De paso, atraía a un televidente "aburrido" con noticias "policiales" y cuentos supuestamente nacionales, pero que sólo representan a la comunidad del contenido de Santiago.
En 30 minutos, considerando fallas y aciertos, "De aquí se ve tu casa" -un programa que realmente se extraña en una metrópolis como ésta- aportaba en pro del discurso con temas que interesan a nuestro televidente.
Y eso es contenido, el mismo que desde el set resultaba ameno. Incluso, sorpresivo dependiendo de quién era el invitado en uno de los cuatro días al aire (de lunes a jueves).
Insisto con aciertos y aspectos por ver. Pero asumiendo que el tiempo en TV debe proyectarse en plazos más largos, sin mover las piezas antes de tiempo.