"Nosotros lo dijimos con mucha anticipación, que nos restaríamos de esta elección. Fundamentalmente por la inconsecuencia del partido en su discurso, respecto a cómo se enfrentan los casos de corrupción en la actividad pública y política. Lo dije incluso en la dirigencia nacional, que no tengo ningún problema para competir con nadie, pero no contra alguien tan cuestionado y que se aleja del discurso de probidad del partido".
Son las primeras palabras de Frank Sauerbaum tras las elecciones internas a nivel regional de Renovación Nacional. Pese a que hizo todos los intentos para que el proceso no se llevara a cabo, finalmente fue derrotado por Claudio Eguiluz por sólo 146 votos y de esa forma no pudo mantener el cargo que obtuvo a fines de 2012 en medio del caos, según sus propias palabras. "Esto ya pasó y ahora esperamos que el partido pueda navegar con este tipo de liderazgos cuestionados por la opinión pública", plantea.
-Que ganara Claudio Eguiluz era evidente; cuando uno corre solo es imposible salir segundo. Nosotros nos restamos, nuestra gente no fue a votar y por eso tan baja la participación, la más baja desde los 90', considerando que sólo participaron mil personas. Hay un descontento y desagrado, por lo que no quise verme involucrado y tengo un prestigio que cuidar, así también me lo pidió la gente que trabajo conmigo. También estoy triste por las decisiones del partido, ya que tenemos un discurso pro transparencia y terminamos con un presidente regional formalizado, con firma mensual y arraigo nacional.
-Hay mucha decepción y tristeza por cómo se enfrentó la elección. Cada uno tomará sus decisiones, no actuaremos como bloque ya que eso le hace daño al partido. Cada uno tomará desafíos distintos; Leonidas Romero, Gabriel Torres y Marlén Guzmán harán una candidatura parlamentaria por el partido. Yo mismo estoy evaluando esa opción, que conversé con Sebastián Piñera. Ese trabajo se dará en adelante y no tiene que ver con la dirigencia, sino con el proceso que se vivirá. Le deseo suerte a quienes asumen la responsabilidad de asumir ya que el partido es complejo y viene con grandes desafíos. El mérito nuestro es dejar un partido que está funcionando, que tuvo la capacidad de levantar casi 500 candidatos a concejales en toda la Región y está expectante, luego de perder el Gobierno y el desprestigio de la política, logró seguir adelante para afrontar dos grandes desafíos: ganar las elecciones parlamentarias y presidencial.
-Críticas va a haber siempre, pero hoy en día Renovación Nacional ha aumentado su presencia ganando muchos concejales, al menos doce más, no necesariamente en la provincia de Ñuble, sino que en Biobío y Arauco. Además de tres nuevos alcaldes, dos en la provincia de Biobío. La crítica será siempre destructiva; entiendo que en periodo de elecciones había que sacar ventaja de cualquier forma. El mérito nuestro, del equipo con el que trabajamos y no de un liderazgo aislado, ha sido levantar un partido en el suelo. Hace tres años se me pidió levantar el partido cuando el propio Eguiluz lo tenía sumido en un caos. Ahora, los mismos que me fueron a buscar critican nuestra gestión, la que yo no pedí. Ahora espero que se actué con grandeza y unidad, por ejemplo con la UDI que hoy nos juntamos día por medio a tomar un café y hace tres años parecía una guerra campal. Eso nos hizo tener un buen resultado en la última elección, lo que nos da méritos y las críticas uno siempre las debe aceptar, pero me quedo con lo que se hizo.
Estoy muy presionado, porque es evidente que en Ñuble estoy bien posicionado, considerando la última elección donde quedé fuera por el binominal. Cuento con el respaldo de alcaldes y concejales, pero es complicado porque yo volví al sector privado y la familia también juega un rol importante. Es una conversación que hay que tener ya que es un trabajo demandante, y no sé si es bueno volver con el nivel de desprestigio y molestia de los ciudadanos. Estoy en un proceso de reflexión, ya que siempre es difícil tomar una decisión ya que no se si vale la pena volver a un mundo desprestigiado.