En los últimos meses, Imilsa Contreras Álvarez (82) se hizo conocida por diferentes acciones llevadas a cabo en contra de las AFP, se encadenó a la puerta de la sucursal de una de estas instituciones en Concepción, se encerró junto a otras personas en las oficinas de otra aseguradora y se subió a la locomoción colectiva para invitar a los pasajeros para que concurrieran a las movilizaciones. Se transformó en uno de los rostros locales más potentes en la campaña que pretende cambiar el sistema de pensiones en el país.
Pero antes de las protestas y el rechazo popular al sistema -incluso antes de las AFP-, ella ya llevaba décadas trabajando en el ámbito social, en especial en su sector, en el Cerro La Pólvora de Concepción. Esa labor fue motivo suficiente para ser elegida por el municipio de la ciudad como la Vecina Destacada del 2016, distinción que la puso muy contenta, según afirmó.
Vistiendo una vistosa boina de color rojo -una de sus marcas registradas- y con una chapita en su solapa con el mensaje "No + AFP", la vicepresidenta de la Asociación de Pensionados de Concepción contó que nunca programan las acciones que realizan, "todo sale en el camino, no le estamos haciendo daño a nadie ni estamos pidiendo cosas injustas, es una demanda de todos, no es por quienes están hoy día, hay que modificar la ley porque afecta a toda la sociedad", expresó.
DEL CAMPO A LA CIUDAD
Un largo camino recorrió esta mujer antes de hacerse conocida a nivel nacional. Relató que nació en Purén (Región de La Araucanía) y sus padres se movieron al sector de Huillinco, en Cañete, en donde la subsistencia era difícil, dijo.
A los 16 años llegó a Concepción a trabajar y con la ayuda de familiares locales accedió a un trabajo en el casino del entonces Banco del Estado, en donde laboró por 11 años. Se casó con Orlando Martínez, quien con sus propias manos construyó la casa donde viven actualmente en Cerro La Pólvora.
"Yo como dueña de casa me preocupé que no faltara la comida y que alcanzaran las monedas, cuando mi marido se pagaba, íbamos dejando un restito, primero para pagar el sitio y luego para construir. Mientras se hacía la casa, vivimos en una ranchita y con los pocos muebles que teníamos sujetábamos las paredes para que no se cayeran con el viento", señaló riendo la mujer.
Agregó que se siente orgullosa por lograr la meta sin pedir ayuda a nadie, "ni siquiera un clavo chueco para enderezarlo".
VIDA SOCIAL
Dos hijos, Luis Alberto y Héctor John, fueron el producto del matrimonio de la señora Imilsa y Orlando Martínez. Sin saberlo a priori, la Vecina Destacada comenzó su trabajo social participando en las directivas de los centros de padres, en los cuales se organizaban para vender picarones en los recreos y poder reunir dinero para los paseos de fin de año al Río Andalién, recordó.
Paralelamente trabajó en una casa particular por 19 años para ayudar a la economía familiar, pero su espíritu inquieto la impulsó a colaborar, primero, con el Comité de Adelanto José Gutiérrez de su sector, en donde ocupó cargos en la directiva. Además, participó en la Junta de Vecinos Nº 22 Pólvora 1 durante varios años. "Yo aún no quería asumir un cargo en la junta de vecinos porque conocía poco a la gente, pero como no había nadie que empujara el carro, entonces acepté", explicó.
No obstante, Imilsa Contreras rememoró con especial cariño lo realizado en un centro cultural manejado con vecinos jóvenes y niños. "Le pedimos ayuda a la Universidad de Concepción, ahí fueron estudiantes que hicieron talleres de música, greda y teatro, hicimos un conjunto cultural que duró varios años. Los domingo teníamos un taller de manualidades con los niños y con la Vicaría me conseguía leche para darles un jarrito calentito. Lo hice a cambio de nada, solo por tener algo positivo para la comunidad", admitió Contreras.
La vecina también se vinculó con agrupaciones de adultos mayores y a través de éstas conoció el trabajo de la Asociación de Pensionados de Concepción, en donde participa hace más de 20 años. "Está compuesta por gente del IPS -el ex Seguro Social y de Invalidez-, antes tenía como 1.300 socios pero todos los años fallece gente y ahora contamos con arriba de 800. Damos una cuota mortuoria y cada cuatro meses una ayuda de receta, no es mucha plata, porque no manejamos tanto dinero".
-Me nace de corazón. Hace muchos años una persona jubilada por la AFP me dijo que estaba muy arruinado y le pregunté que porqué no armaba un grupo con la gente que está en AFP y se movían para hacerse escuchar, le gustó la idea, pero no lo hizo. Para hacer algo se tiene que buscar apoyo con otras personas y actuar, si se agarra vuelo, después viene lo que se ha visto ahora.
Imilsa Contreras cree que es importante que los jóvenes se involucren en el trabajo social y que se alisten en ese ámbito. "Prepararse con verdad, responsabilidad y las manos limpias, por el bien del país, porque la sociedad ahora está muy deteriorada y la culpa la tiene el poder capitalista, el poder económico que arruina los países y al final la gente queda a pies pelados", concluyó.