Que los adelantos tecnológicos han generado importantes cambios en la sociedad es indiscutible, así como tampoco lo es que sean un impulso potente para avanzar en el ámbito de la Medicina y los tratamientos para distintas enfermedades, impactando positivamente a nivel del bienestar y calidad de vida de la población.
Las ondas de choque se encuentran dentro de estas innovaciones que entregan excelentes resultados.
Así lo afirma el kinesiólogo Francisco Blanc Carrillo, jefe de la Unidad Fisiokinesiterapia del Hospital San José de Coronel, quien explica que las ondas de choque se producen con distintos equipos: hay ondas radiales (tiempo de la onda más lenta y menos profunda) y ondas focales (con ciclo más rápido y mayor profundidad). Estas últimas son las más conocidas, ya que son las que se utilizan en la litotricia, es decir, en la destrucción de cálculos renales.
EN KINESIOLOGÍA
Pero son las radiales las que se usan en kinesiología, puntualiza el también académico de esta carrera en la Universidad San Sebastián. A nivel local, además de las clínicas privadas, sólo el Hospital de Coronel cuenta con uno de estos equipos en el ámbito público.
Blanc, certificado para aplicar esta tecnología, aclara que se trata de "ondas de presión que se generan de forma rápida con una fase de presión positiva seguida de una de presión negativa. Esta última es la responsable de producir el fenómeno de cavitación, que es necesario para generar la mayoría de las respuestas biológicas".
Sobre los efectos, dice que son múltiples y complejos, "ya sea a través de la expresión génica, aumentando la angiogénesis, osteogénesis, y la proliferación celular como, también, inducen una respuesta antiinflamatoria, analgésica y estimulando las células madres".
En términos sencillos, el académico cuenta que "las ondas de choque, cuando se aplican donde existe dolor, producen un efecto analgésico, aumentan la circulación de la sangre y facilitan el proceso de reparación".
DIVERSAS PATOLOGÍAS
Avalado el uso de las ondas de choque en diversas patologías, en el caso de los kinesiólogos son de gran utilidad en el tratamiento de tendinopatías y entesopatías crónicas de diversa localización, por ejemplo: hombro, codo, cadera o tobillo, por ejemplo. También en fascitis crónicas.
Al respecto, el kinesiólogo explica que la tendinopatía es una lesión crónica, una inflamación del tendón que perdura en el tiempo. "En oposición está la tendinitis que es una inflamación aguda, de aparición puntual y que desaparece en corto tiempo", apunta.
Desde allí, aclara que la entesis es la zona donde el tendón se inserta al hueso. La entesitis es la inflamación aguda en esta zona y la entesopatía es la inflamación crónica y ahí se pueden aplicar ondas de choque.
Por último, la fascia es el tejido grueso de la planta del pie y una inflamación en esa zona y que perdure en el tiempo se denomina fascitis crónica, detalla el experto.
En cuanto a la duración de la terapia, comenta que por lo general se extiende por alrededor de un mes con una sesión semanal. "Los deportistas, como no pueden dejar su actividad por demasiado tiempo, se tratan con fines analgésicos en sesiones día por medio, para que puedan realizar su actividad y luego se realizan los tratamientos terapéuticos", asevera.
A CONSIDERAR
Las ondas de choque se pueden aplicar en todo tipo de personas y en niños mayores de 15 años.
Eso sí, Blanc enfatiza, en primer lugar, que para su aplicación es necesario contar con diagnóstico y prescripción de un médico.
Menciona, además, que existen algunas contraindicaciones en su uso. Tal es el caso de pacientes con marcapasos, embarazo, que cursen alguna infección, presenten tumores (benignos o malignos), problemas de coagulación o en administración de coagulantes, niños en fase de crecimiento, entre otros. Tampoco se puede aplicar sobre superficies cartilaginosas ni en pulmones ni zona gastrointestinal.
El especialista, que está certificado por la Asociación Chilena para el Tratamiento con Ondas de Choque, plantea que esta tecnología tiene muchas proyecciones como el uso de células madres en traumatología, terapia celular en odontología y regeneración dentaria, entre otros. Lo cierto es que son grandes perspectivas en un ámbito que recién comienza a introducirse en el sistema público.