Jorge Labarca suma pintura y arquitectura en un solo lugar
Por momentos, la inauguración de la exposición "Jorge Labarca: Arquitecto/Pintor" parecía una verdadera reunión de amigos, cercanos y familiares del artista tributado con una retrospectiva de su obra en ambas vertientes.
La sala UdeC David Stitchkin cobijó ayer una de las inauguraciones más numerosas desde su apertura en mayo del año pasado. Más de 100 personas, con una importante cuota de jóvenes, quisieron testificar el quehacer de este creador proyectada en el espacio de Barros Arana 631 (subterráneo), a través de 10 pinturas de gran formato y la misma cantidad de fotografías con el registro de obras arquitectónicas de Labarca.
Con la simpatía que lo caracteriza, el artista nacido en 1931 (Santiago) agradeció el momento con palabras especialmente dedicadas a los principales motivadores de esta retrospectiva: Soledad González (directora de Extensión UdeC), Sandra Santander (curadora de La Pincoteca) y los arquitectos Roberto Burdiles y Gonzalo Cerda. "Es impresionante la cantidad de gente que llegó, y lo agradezco especialmente", comentó quien en 1980 decide dejar la arquitectura, para dedicarse a la pintura.
"Esta selección la convinimos con Sandra, consistiendo ello en que yo seleccionaría unas 50 imágenes de todos los formatos, para que ella decidiera sobre las que irían a la sala", dijo el invitado.
La última exposición individual fue en la actual Sala del Arzobispado en 2012. "Luego sólo estuve en colectivas, pero antes de 2012, y desde 1982 expuse anualmente por lo menos una vez", recordó el artista.
EL PRESENTE
La nuestra, que se mantendrá abierta al público hasta el 30 de octubre, efectivamente trae a colación las dos grandes pasiones de Jorge Labarca.
En cuanto a su obra pictórica, reunida acá entre los años 2000 y 2014. Se trata de una apuesta donde los colores juegan un rol clave, en esa mixtura tan propia con la luz del arte abstracto.
"No es común contar con una exposición de un artista con dos disciplinas. Tanto la obra pictórica como arquitectónica de Jorge Labarca exhiben calidad y maestría en nuestro medio. Como pintor él es un explorador, con una obra reflexiva a partir del color. Tiene una manera de tratarlo e intensificarlo con su abstracción y pincelada gestual", destacó Sandra Santander desde la creación en el marco de las artes visuales.
Efectivamente, desde lo abstracto, aportando también un lugar a la luz, la de Labarca es una obra abierta a lecturas por parte del receptor, lo que también apela al sentido libre del artista.
"En 1980, después de dejar mi oficina de arquitectura y su respectiva empresa constructora, en manos de mi equipo de trabajo; construí un taller de 6 x 6 mts. en el cerro de mi casa (Chiguayante). Me fui a vivir mis horas de trabajo allí, sin rendirle en el futuro cuenta a nadie de lo que hacía", comentó a Diario El Sur.
- Si me recuperara de algunos males que empiezo acumular, seguiría en pintura recuperando periodos bastantes descuidados. En arquitectura como lo he hecho, reactualizar mis edificios más manoseados, ad honorem (ríe).
Precisamente, sobre la obra arquitectónica de este profesional de la U de Chile (1956), Gonzalo Cerda la enmarcó en la llamada segunda modernidad (1960). Ésta desarrolla nuevos planteamientos espaciales, constructivos, funcionales y expresivos.
"Su obra se caracterizó por la búsqueda de una arquitectura de vivienda colectiva, con espacios de encuentro", apuntó, entre cuyos ejemplos de obra se pueden encontrar en el edificio Mirador Central (1971), ubicado en calle Aníbal Pinto.