Cada día fallecen cuatro mil personas a causa de la hepatitis en el mundo y Chile no está ajeno al impacto de una enfermedad que, muchas veces, ataca en silencio y que hoy conmemora su Día Mundial.
Se trata de una enfermedad que consiste en la inflamación del hígado, que puede darse en cuadros agudos o crónicos, y que está asociada a múltiples causas. Así lo explica el doctor Franco Innocenti, jefe de la Unidad del Trasplante de la Clínica Sanatorio Alemán y del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavante, quien comenta que en el caso de la aguda, dentro de las más importantes están los virus A, B, C y E. El cirujano digestivo y de trasplante agrega que hay casos en que también se relaciona con agentes virales desconocidos o parvovirus, entre otros.
Comenta que "también hay hepatitis medicamentosa, que puede darse tanto por un medicamento que ha sido prescrito como por la automedicación, que posiblemente es mucho más frecuente".
La hepatitis alcohólica por ingesta masiva de alcohol (de una sola vez), consumo de hongos venenosos y enfermedades crónicas como la hepatitis autoinmune, también pueden debutar o expresarse en cuadros agudos, dice.
Respecto a la forma crónica, cuenta que en los niños el problema mayor es uno congénito que se llama atresia biliar. En los adultos, en tanto, históricamente, los principales responsables del daño hepático han sido el alcohol, el virus C, la hepatitis autoinmune, las enfermedades colestásicas y la esteatohepatitis no alcohólica (hígado graso con inflamación).
EL TRASPLANTE
Justamente, el especialista cuenta que si bien los cuadros de hepatitis por la mayoría de los cuadros mantienen estable su incidencia o la han disminuido, es la esteatohepatitis no alcohólica la que va en ascenso. "Si se mantienen las tendencias, de aquí al año 2022, la primera causa de hepatitis crónica y posiblemente de cirrosis, será la esteatohepatitis no alcohólica. Probablemente sea también la primera causa de enlistamiento de trasplante hepático, tal como se ha dado en los últimos tres o cuatro años", puntualiza.
Al respecto, explica que existen cuadros agudos que evolucionan catastróficamente y terminan en una hepatitis fulminante y en la necesidad de que el paciente reciba trasplante; así como también sucede en casos en que una enfermedad crónica que había estado silenciosa debuta con una falla aguda o donde el daño hepático lleva al hígado a una fase terminal.
Así, la hepatitis lleva a ahondar en una temática mucho más profunda: la donación de órganos, la falta de donantes y la necesidad de educar al respecto. "En Chile fallecen cinco mil pacientes al año por enfermedades del hígado. De ese total, probablemente 500 sean candidatos para el trasplante y sólo 100 lleguen a la lista de espera nacional; de éstos entre un 40 a 50% fallece por año sin ser trasplantado. En la lista de espera nacional de trasplante hepático, que es de aproximadamente de 100 pacientes, 10 a 15% pertenecen a nuestra lista regional. Este año hemos trasplantado a tres pacientes y la realidad es que en Chile se trasplanten entre 50 y 60 por año", detalla.
PREVENIR
Ante la situación de una enfermedad que puede ser potencialmente mortal y que está latente, otro de los horizontes también apunta a la prevención, asevera el profesional. Fundamental es, en su opinión, vacunar a los niños, pues actualmente existen vacunas para los virus A y B.
Otro énfasis está en los hábitos, donde el llamado es a tener conductas responsables en todo sentido, manifiesta Innocenti, que van desde seguir una alimentación saludable, realizar actividad física, prevenir enfermedades como la diabetes, dislipidemias o resistencia a la insulina (o diagnosticarlas a tiempo), hasta evitar la automedicación. También hay que respetar las medidas universales de protección, las que son fundamentales ante un inminente contacto con los agentes virales de la enfermedad, entre las que menciona conservar adecuadamente los alimentos y lavarlos bien antes de preparar y consumirlos, cuidar de que no se rompa la cadena de frío y que no haya contaminación cruzada, además de lavarse las manos antes y después de comer son algunas de las que menciona. "Estas medidas son sobre todo importantes en el caso de las hepatitis por virus A y E, que fundamentalmente se contagian por alimentos contaminados. Los virus B y C son las hepatitis asociadas al intercambio de fluidos", dice.
Y es que si bien hay casos en que la hepatitis será inevitable, en muchos otros se trata de una enfermedad de la que es posible cuidarse, por lo que otro de los desafíos es fomentar los estilos de vida saludables desde la infancia, porque estos podrían marcar notoriamente la diferencia.