"Los espacios de interacción con nuestros vecinos han sido súper importantes"
La sustentabilidad del sector pesquero tiene que ver con aspectos económicos, medioambientales y sociales, porque en definitiva se trata de dar empleo en el largo plazo, pero sin descuidar el entorno.
En ese sentido, en conversación con este medio Macarena Cepeda, jefa de Sustentabilidad de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), estimó que la Ley de Pesca ha sido positiva, porque tiene una mirada en la conservación y entrega la decisión respecto a la administración pesquera a los comités científicos técnicos.
De ahí que -según afirma- la asignación o establecimiento de las cuotas obedece a un criterio científico. "Si hoy miramos cómo han evolucionado las pesquerías, muchas de ellas se mantienen en los mismos estados, ya sea que algunas estén en agotamiento y otras sobreexplotadas, pero si se va a los indicadores se nota una leve mejora pese a que se mantienen en las mismas categorías. Pero no podemos esperar que ese progreso se logre a uno o dos años de implementada la ley y de aplicar criterios científicos que buscan la conservación y la sustentabilidad".
ALINEADOS
Por ende, planteó que para evaluar en forma efectiva si se va por el camino de la sustentabilidad hay que esperar unos 4 o 5 años más. Como Asipes, dijo que están alineados con esa mirada "y si todos desean que la pesca siga siendo una de las actividades principales de la Región, hay que velar por el carácter de conservación que tiene la normativa y de recuperación de los recursos", enfatizó.
De todos modos, Cepeda expresó que la actual normativa está mostrando lentamente sus positivos resultados. Puso como ejemplo el Congrio Dorado, que se mantiene en estado de colapso, pero el año 2014 mejoró el nivel de su biomasa desovante desde un 16% a un 20% respecto al 2013. También que la Anchoveta V-X, que se mantiene en estado de agotamiento, pero en términos absolutos, durante 2013-2014 se observan valores con tendencia positiva. La Raya Volantín mejora su estado, pasando del agotamiento a sobreexplotada y la Merluza Común (afecta a una pesca ilegal desatada) pese a estar en un estado de agotamiento, la biomasa desovante mejora con respecto al 2013.
Hace dos años que la Asipes dio inicio a un nuevo ciclo ambiental de la industria pesquera y eso responde a la necesidad de relacionarse mejor y más con las comunidades donde las industrias están insertas. Además de comunicar sobre las mejoras ambientales que se venían haciendo hace un tiempo, pero sobre las cuales los vecinos no tenían información.
La industria pesquera, históricamente, fue considerada como un sector contaminante, pero hace unos 10 años que se viene trabajando fuertemente en mejorar sus desempeño ambiental y se identificó la necesidad de comunicar esto, junto con trabajarlo con mayor fuerza para seguir cumpliendo más allá de la normativa vigente.
CONFIANZAS
Reconoció que la industria era vista distante y, por lo mismo, lo difícil fue construir confianzas o reforzar relaciones que estaban débiles. "La verdad es que a, modo de ejemplo, hacemos un trabajo potente en la mesa tripartita de Libertad y Gaete (Talcahuano), que son juntas de vecinos históricas relacionadas con la pesca. Esos espacios de interacción con nuestro vecinos han sido súper importantes y nos han permitido construir lazos reales de comunicación y confianza", detalló.
Los mismo pasa en Coronel, donde son parte del Consejo de Recuperación Ambiental y Social, lo cual les ha permitido conocer a los vecinos de las comunas donde están insertos, pues así comunican de forma directa lo que están haciendo, con el fin de que ellos les crean y al mismo tiempo de ir a la plantas si así lo desean y poder conocer internamente cómo están operando.
"Muchas veces los vecinos opinan desde el desconocimiento. Cuando ven vapor, creen que es humo. Entonces, es distinto cuando lo observan desde adentro y aprecian que estamos cumpliendo con las normas sanitarias o ambientales, que tenemos programas de aseguramiento de la calidad en todos los procesos, dado que el principal mercado de nuestra industria es la exportación. Si bien tenemos productos que se quedan en el mercado local, tenemos que cumplir con estándares internacionales y eso la gente lo desconoce", afirmó.
Macarena Cepeda remarcó que las puertas abiertas les permiten dar a conocer que están cumpliendo con modelos mundiales en cuanto a procesos y cumplimiento ambiental.
En ese sentido, cree que la industria, en su momento, no generó las instancias de comunicación para que se generara la oportunidad de conocer las empresas por dentro y que los vecinos vieran que las cosas se estaban haciendo bien.
A modo de ejemplo, en abril pasado la Pesquera Landes de Talcahuano invirtió US$4 millones en la incorporación de un sistema de abatimiento de olores pionero en la industria pesquera nacional y que consiste en la instalación de tecnología europea de punta que elimina en un 95% la emisión de vahos producidos por la operación de sus plantas de harina, hidrolizados y de residuos industriales líquidos, riles.
Sobre esto, la jefa de Sustentabilidad de Asipes dijo que eso fue el primer resultado que viene desarrollando el gremio desde el 2013, cuando la asociación comenzó a participar en las mesas ampliadas a las que invitaba el Ministerio de Medioambiente para trabajar en la elaboración del reglamento de control y mitigación de olores como normativa nacional que hoy aún no existe.
Por eso, Asipes -anticipándose a una regulación que aún no está- motivó a sus empresas socias a realizar diagnósticos de olor en todas sus plantas. Hoy todas las firmas cuentan con una foto que identifica cuáles son los principales focos dentro del proceso, responsables de los aromas molestos.
En materia de olores, se genera de acuerdo a la calidad de las materias primas que reciben las plantas. "Mientras más fresca sea la materia prima, menos es el impacto aromático que vamos a tener, porque si en la medida que se procesa una que está en descomposición, el olor no se puede evitar".
INVERSIÓN EN FLOTA
También destacó que habido una fuerte inversión en flota. En los últimos 6 años se han gastado unos US$ 10 millones en sistemas de refrigeración en la escuadra industrial, de manera que la pesca de sardina y anchoveta, que es la principal que se utiliza para la producción de harina de pescado, venga con una frescura adecuada para no generar impactos de olor.
Pero hay que considerar que el 78% del abastecimiento de la harina de pescado proviene del sector artesanal, por lo tanto "aunque hemos hecho fuertes inversiones en lo que es refrigeración de nuestra flota, tenemos otra línea de suministro que si bien muchas veces no cumple al 100% con la calidad que necesitamos, se debe procesar".
Además, se ha identificado como impacto negativo el transporte de pesca, donde la industria ha centralizado esfuerzos en acondicionar camiones, capacitar a su personal y crear protocolos de autofiscalización. En 2015 se hizo una inversión que bordeó los $345 millones para esos fines. Lograron certificarse 65 camiones con el sello de 100% hermeticidad, lo que sumado a la capacitación de choferes, la creación de protocolos y fiscalizadores que funcionan 24/7 en los sitios de salida de los vehículos de carga, hicieron que fuera posible llegar a "cero derrame" durante las últimas temporadas.