El concepto de bienestar es uno del que muchos hablan, un estado anhelado, una meta necesaria de alcanzar y cuyo significado, más allá de lo que se afirme en un diccionario, se relaciona íntimamente con la percepción personal, donde pueden existir concepciones distintas entre un individuo y otro acerca de lo que realmente es sentir bienestar.
Es así que no sólo definirlo podría transformarse en una tarea difícil, sino que también habría innumerables formas de explicarlo. Así lo cree la psicóloga Liliana Fernández Villalobos, quien afirma que "lo importante de entender es que el bienestar es un sentimiento intenso de estar en calma y armonía, de tener energía para hacer cosas nuevas y para enfrentarse a la vida".
Para comprenderlo, hace el símil entre el mar, con todo un mundo en su profundidad y con las olas que se ven en la superficie, pues no se trata de aquellas emociones que se notan meramente en el exterior, sino que de aquella calma interna, con esa sensación de paz en lo más hondo del propio ser y con la certeza de estar trascendiendo y construyendo relaciones profundas, reflexiona la profesional, quien tiene una certificación en Neurocoaching de la Escuela Europea de Negocios y es magíster en Psicología Educacional.
EN LOS DOCENTES
Es por lo mismo que no suena extraño afirmar que vivir en bienestar es fundamental, tanto para el individuo como para su entorno. Las salas de clases no son ajenas a esto, pues según sostiene la experta, se sabe que el clima socioemocional positivo es el factor más importante del aprendizaje de los niños y jóvenes, donde el estado emocional interno en el que se encuentran los profesores jugará un rol protagónico, pues sin dudas tendrá impacto en sus prácticas pedagógicas y en el mensaje que transmite con éstas a sus alumnos. "Ellos son muy importantes, son quienes están formando a las personas que construirán el Chile del futuro y no es menor que se enfrenten a una sala de clases estando bien ellos", aclara.
El problema, sin embargo, desde su punto de vista, es que "de manera general los profesores están en una situación de bastante malestar, de maltrato, de mucha exigencia social y pedagógica", razón por la cual sería necesario trabajar para cambiar esta realidad bastante adversa.
Ésta fue la temática que Liliana Fernández, quien es socia y fundadora de "AulaPostiva", abordó en el Seminario de Innovación de la Educación Media: "Construyendo el Bienestar de los Profesores", que se realizó la semana pasada en la sede Concepción-Talcahuano de Inacap, en el marco de una programación anual que considera distintas actividades para apoyar a los establecimientos de enseñanza media de la Región, y aportar en su quehacer (ver recuadro).
Al respecto, asevera que para construir el bienestar de los profesores, "los principales responsables son ellos mismos, considerando que esta condición va mucho más allá de lo que sucede adentro de la sala de clases, sino que se relaciona con la vida personal, con la propia historia y con la manera en la que se enfrenta a sus colegas".
TRABAJAR EN CONJUNTO
Desde el rol clave que los mismos docentes tienen en la construcción de su bienestar, la psicóloga menciona lo importante que es que sea un esfuerzo mancomunado, pues, en este sentido, las fortalezas se encuentran cuando existe todo un medio trabajando por ese objetivo (la comunidad educativa), donde se establezcan relaciones de confianza entre los miembros y haya intercambio de conocimiento y opiniones entre profesores, además de generar un ambiente donde se potencien las satisfacciones y se releven los logros. Todo esto apuntaría no sólo a explicitar lo que significa trabajar con estudiantes, sino que también a dignificar la labor docente, sostiene, todos aspectos que son materias primas a la hora de construir el bienestar.
Sobre las acciones perjudiciales, manifiesta que "son muchas de las que normalmente forman parte del quehacer al interior de los colegios. Por ejemplo la falta de colaboración, pues los profesores trabajan mucho solos. También el fijarse siempre en lo negativo, pues hay muchos establecimientos a los que entras y se quejan de los niños, los directores de los profesores y el jefe del Daem comunal alegan por los directores. Entonces hay una mirada desde las autoridades y de la sociedad que llega finalmente va a ser perjudicial para el niño, que puede terminar en una falta de expectativa que será determinante en el potencial de lo que el niño puede alcanzar".
Y esto no sólo sería al interior de los establecimientos educacionales, sino que en toda la sociedad, pues es una donde el principal foco estaría siempre en lo negativo. "Creo que en los medios sociales hay un reflejo muy palpable de lo mal que lo pasamos, del nivel de agresividad que tenemos y lo mucho que nos hace falta ver al otro, de valorar que somos una comunidad, de saber que el otro es una fortaleza y que podemos aprender. Falta tanta colaboración", plantea.
Es así que la experta llama a tener otro tipo de prácticas, recalcando que la única forma de cambiar esta realidad va de la mano del trabajo conjunto y que, puntualmente, la práctica del "Mindfulness" (atención plena) es una que puede tener positivos resultados y que es sencilla de ejecutar al interior de las salas de clases, contribuyendo a construir el bienestar general, tanto en los docentes como en los estudiantes. "En Estados Unidos y Europa hay un montón de escuelas que han adoptado programas como 'aulas felices', donde se tienen cinco minutos de meditación diarios con los niños, comenzando la jornada con esta práctica que significa entrar en silencio, estar de manera plena en el lugar donde estamos, con la atención puesta ahí a través de los sentidos, en la respiración, escuchando qué pasa alrededor. Cinco minutos de eso y te cambian las relaciones entre los niños de manera drástica, cambia la capacidad de aprender y también la motivación de los profesores", concluye.