Estos 11 objetos de lo cotidiano se transforman en piezas de arte
Ingresar por estos días a la sala del Museo Nacional de Bellas Artes, en el mall Plaza Trébol; es compartir la memoria de uno y, quizás, mil hogares. "Doméstica", la exposición del artista nacional Jorge Cabieses-Valdés se constituye con 11 electrodomésticos, que parecieran instalados en la repisa de cualquier cocina sin tiempo.
Cada uno de ellos presenta la marca perenne dejada por el mar. En este caso, sumando registros audiovisuales hechos con cámaras sumergibles: son los que dan cuenta de su anclaje a 30 metros de profundidad y su posterior extracción.
De ahí que "Doméstica" sea el resultado de un proceso, posiblemente, de una travesía a las profundidades de aguas que guardan un trozo de memoria de 301 días bajo el mar. En diciembre del año pasado, Cabieses-Valdés extrajo los objetos, los que emergieron con las huellas del entorno salino. "Estaban cubiertos de algas y pequeños moluscos que se adhirieron a sus carcazas plásticas", cuenta el artista, consolidó los electrodomésticos con resina transparente.
"La idea del proyecto nace con una performance el año 2008, en Dover, Inglaterra, donde arrojé una tostadora eléctrica, previamente conectada a la electricidad, al fondo del mar. La idea, un problema de escala, era electrocutar toda vida marina", señala el artista visual nacido en 1978, en alusión a esta pieza que también se encuentra en exhibición.
EN MUNDOS PROPIOS
Cabieses-Valdés ha desarrollado una carrera alrededor de la pintura, videos y esculturas. Esto, cuenta, con el objetivo de explorar la posible relación entre los objetos domésticos y los eventos catastróficos. "Todo objeto doméstico, sea este de origen decorativo o funcional, como estos electrodomésticos, poseen funciones simbólicas que eternizan cierta manera de entender el espacio privado y nuestro lugar en él. Estas convenciones tienen un origen naturalmente impulsivo y muy áspero", apunta el licenciado en Artes Visuales de la U. de Chile en 2003.
- Interesante, considerando que fue un proyecto ideado para ser exhibido en un centro comercial (parte del programa "Museo sin muros" del Bellas Artes). Esto, para comparar, en un mismo edificio, lo nuevo con lo gastado y lo útil con lo inútil, confrontando al mismo tiempo la función del espectador con la del consumidor. Además, vivo en Atenas (Grecia), y en esta ciudad se vive en contacto constante con la ruina, el escombro, lo abandonado, lo gastado. En ese sentido, veo una dirección directa con el proyecto "Doméstica".
- Aquí el mar funciona como una máquina de tiempo, acelerando el devenir natural de las cosas inertes. Como decía, estos objetos erosionados a la fuerza, fueron pensados para ser exhibidos en un centro comercial, donde electrodomésticos como estos son vendidos habitualmente. De esta manera, el público visitante puede comparar en un mismo edificio lo nuevo con lo gastado, y el objeto encontrado con el objeto por comprar.
Efectivamente, acá se pueden establecer relaciones claras sobre los usos de productos de mercado como jugueras, batidoras, tostadoras y cafeteras eléctricas. También conceptuales, acota el creador, en una línea crítica a la sociedad de consumo, sobre la obsolescencia y la sobrepoblación de desechos en el ecosistema.
- Me gustan especialmente los artistas que durante el siglo XX trabajaron con lo objetual, tanto trabajando con objetos directamente o como referencia. La relación con las cosas funcionales y no exclusivamente con las ideas (un ejemplo fue Marcel Duchamp con los ready made) es clave para entender mucha de la producción contemporánea.