A pesar de todo… las mujeres ganan terreno
Frente a los recientes estudios que indican que las empresas lideradas por mujeres son más productivas, me desafiaron a pensar si dada esa premisa necesitamos más mujeres en el mundo laboral. Tras analizar y discutir con las ejecutivas que me lo plantearon, hice la siguiente reflexión.
En mis últimos 10 años de carrera, he trabajado principalmente con mujeres y he corroborado los estudios en la práctica. Ellas destacan por su empatía, empoderamiento, impacto e influencia, liderazgo, orientación al logro y planificación. Si bien, tienen algunos puntos débiles como la toma de decisiones y visión estratégica, esto está muy relacionado con su género.
Su antropología las hace concretas, contenedoras, orientadas al detalle. En el principio de los tiempos, fueron recolectoras, formadoras y defensoras de la aldea. De ahí su capacidad multitarea, de resolver los temas del aquí y el ahora, de no olvidar los innumerables detalles que tiene la crianza y economía doméstica.
Llevemos esto al mundo del trabajo. Las mujeres son más positivas y ejercen un liderazgo basado en la empatía, generan los espacios para sus equipos desarrollen su máximo potencial, conocen los detalles de vida de sus colaboradores: el cumpleaños de sus hijos, las enfermedades, etc.
Y a pesar de estas capacidades, tienen todo en contra. Su costo de contratación es más alto por el pre y posnatal, la sala cuna, licencias por enfermedad de hijo menor de un año, entre otras situaciones propias de la conciliación trabajo y familia. En este sentido, las empresas, sobre todo las pymes, tienen que hacer esfuerzos para incorporar más mujeres a sus equipos.
Para evitar cuestionamientos los invito a determinar el retorno de la inversión de la mujer en su empresa. En mi experiencia el ROI de una profesional o técnico es mayor que un hombre a nivel de mandos medios. Esto no quiere decir que tenemos que prescindir de los hombres, al contrario. La complementariedad en el mundo laboral es imprescindible, si no ninguno de los dos agrega valor.
Contra viento y marea, la mujer ha ganado un espacio, ya que tiene competencias que aportan una doble mirada en los negocios, en la resolución de conflictos, en el día a día y, porque la tecnología les ha permitido mantenerse conectadas en sus diversos roles.
¿Qué necesitamos entonces? Sensatez, más políticas públicas y un esfuerzo de todos los sectores sociales para alcanzar la anhelada flexibilidad laboral que favorezca la conciliación, porque actualmente, muchos de los tiempos de los 'negocios' no son compatibles con la hora al doctor o dentista de un niño, con el llamado a entrevista con la profesora del colegio. Y aún así…ellas se han ganado un espacio.