Una vez más, una crisis productiva enciende la alarma por contar con una plataforma social efectiva para proteger a quienes se quedan sin trabajo.
Esa es la situación que viven 400 empleados de Camanchaca, en Tomé, quienes básicamente por la crisis de la industria salmonera en el sur, fueron despedidos.
La situación preocupa a la diputada Clemira Pacheco, quien insistió en la falta de una instancia social para afrontar la emergencia que vive la comuna costera.
La parlamentaria se reunió con el intendente subrogante, Enrique Inostroza, ocasión en la que también participaron dirigentes sindicales, Ivonne Rivas, alcaldesa de Tomé, y otras autoridades regionales, quienes durante más de una hora analizaron el panorama que enfrentará la comuna.
La pesquera Camanchaca contaba con una planta de 668 trabajadores con contrato indefinido, más 225 con contrato a plazo fijo. Estos últimos fueron desvinculados el 30 de marzo, mientras que otros 200 de los que tienen contrato indefinido, también perderán su empleo. Para este último grupo habría una posibilidad de reincorporarse en septiembre de este año, si la empresa consigue una maquila de truchas.
Frente a esta situación, se acordó establecer una mesa de trabajo, a cargo del seremi de Economía, Iván Valenzuela, que recogerá las diversas propuestas y fórmulas que se puedan explorar para contribuir a enfrentar el problema en lo inmediato.
La diputada Pacheco explicó que una de las líneas que se verá es la posibilidad de abrir una nueva licitación del langostino colorado, aunque primero hay que "ver en qué grado de explotación se encuentra el recurso para ver si es factible. También se verán alternativas de capacitación inmediatas y algún proyecto que ayude al municipio para que pueda otorgar algún paliativo a las familias". Agregó que no sólo el Estado debe buscar fórmulas de ayuda, también la empresa, para que se puedan combinar los recursos públicos y privados para colaborar a las familias que quedaron sin su fuente de sustento por estos meses". Agregó que en una semana más volverán a reunirse para conocer las propuestas.
A juicio de la parlamentaria, esta nueva crisis deja de manifiesto que la industria salmonera no aprendió la lección de lo ocurrido hace ocho años cuando el Estado debió recurrir en su ayuda por los efecto del virus Isa.