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En tiempos difíciles las pymes tienen oportunidad de crecer

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La vocación exportadora de la Región del Biobío y un tipo de cambio alto hacen pensar al economista y decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello (Unab), Roberto Darrigrandi, que la Región debería soportar bien el chaparrón, interno y externo que golpea a la economía chilena.

Tras comentar el último Índice de Percepción Empresarial, Iper Biobío, que realizan EY (ex Ernst & Young), la Unab y la Cámara de la Producción y el Comercio de Concepción (Cpcc), el economista planteó que el sector forestal debería andar bien y, en general, un dólar alto ayuda al sector exportador y al que sustituye importaciones.

Apuntó que esta región también vive una transición de una economía muy industrial hacia una más de servicios, pero con todo está mucho mejor posicionada que otras zonas. Admite que si bien hay carencias desde el punto de vista de la infraestructura y de conectividad, hay buenas autoridades. "Dentro de todo soy razonablemente optimista, aunque no creo que esta Región crezca mucho más que el resto del país, eso es 2 a 2,5% en promedio", dijo.

Agregó que el tema pasa por aprovechar la oportunidad. Al respecto, Darrigrandi sostuvo que "obviamente hay industrias que están mucho más complicadas y hay ámbitos en donde quizá se podrían hacer más cosas. Esta es una Región donde hay muchos recursos estatales a través de Innova Biobío, pero hay ciertos dirigismos como el famoso Centro Tecnológico y no sé si eso es lo que necesitamos. No digo que sea negativo, pero como los recursos compiten y son escasos, quizá puede haber mejores formas de gastarlos", afirma.

Para el académico de la Unab, las pymes de la región tienen que atreverse a dar un salto y mirar más allá de las fronteras regionales.

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DESACELERACIÓN

Coincidente con esta visión, el vicedecano de la Facultad de Economía y Negocios Universidad San Sebastián, Mario Valenzuela, agrega que es en momentos de desaceleración económica que afecta el clima de negocios, cuando surgen las mejores ideas para aumentar la competitividad de las empresas, buscando formas para elevar ingresos y disminuir costos.

Primero buscando nuevos mercados, internos y externos a la Región y al país, abriendo nuevas líneas de negocios, productos y/o servicios sustitutos o complementarios a los existentes, aprovechando la misma capacidad instalada, o bien, incorporando nuevo valor agregado. Por el lado de los costos, se pueden racionalizar incorporando tecnologías que aumenten la productividad total de los factores, capacitando al capital humano para elevar la productividad e innovando.

Valenzuela señala que el tipo de cambio elevado mejora la competitividad de los sectores exportadores y sustituidores de importaciones. Sin embargo, advierte que basar la competitividad de este tipo de empresas en un factor coyuntural o circunstancial puede ser un error, que se puede pagar muy caro, particularmente cuando se toman decisiones de inversión pensando en una situación de largo plazo. La verdadera competitividad de una pyme, como de cualquier empresa, se encuentra en mejorar el margen a largo plazo.

En cuanto al abordaje de mercados más cercanos Mario Valenzuela destaca que siempre serán una buena opción, particularmente de aquellos que están en países que están haciendo bien las cosas.

Sin embargo, advierte que vale la pena tener presente la forma en que la evolución de los ciclos políticos internos de estos países, al igual que el impacto que tienen los ciclos económicos internacionales sobre ellos, afecta la venta de los productos o servicios que las empresas chilenas pueden estar exportando al exterior.

Transelec hará subestación y líneas de transmisión

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Mejorar la capacidad de transmisión de energía eléctrica a nivel comunal, regional y nacional, dando un mayor soporte al sistema de energía eléctrica existente en el Sistema Interconectado Central (SIC), es el objetivo del proyecto Subestación Nueva Charrúa, cuyo titular es Transelec Concesiones S.A.

Según detalla la empresa en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental de Biobío el pasado 20 de enero, la realización de este proyecto nace de la necesidad de expandir el SIC para incrementar la capacidad de transmisión de este sistema, compensando así el aumento de la demanda energética. Para esto, se hace necesaria la construcción de la S/E Nueva Charrúa, realizar el seccionamiento de líneas 500 kV Charrúa-Ancoa L1 y L2 y la línea de transmisión eléctrica de 2x220kV entre la S/E Charrúa y S/E Nueva Charrúa.

Las obras consideran la construcción de una nueva subestación eléctrica (S/E) de 500/220 kV y una nueva línea de transmisión eléctrica (LTE) de 2x220 kV que conectará la subestación Nueva Charrúa con la subestación existente.

De acuerdo a los antecedentes, el proyecto que demandará una inversión de US$70 millones considera las siguientes obras: una línea de transmisión de una longitud aproximada de 15,5 kilómetros y una capacidad máxima de transferencia igual a 1.000 MVA por circuito, con una tensión de servicio de 220 kV.

Junto con lo anterior, el proyecto considera el seccionamiento de las líneas de 500 kV Charrúa-Ancoa L1 y L2 y la construcción de dos (2) paños de 220 kV para la conexión de la nueva línea de 2x220 kV en la subestación Charrúa.

La Subestación Nueva Charrúa se construirá en un área de aproximadamente 17,8 hectáreas ubicada a 15,5 kilómetros al noreste de la actual subestación Charrúa, en la comuna de Pemuco, provincia de Ñuble. Mientras que la línea de transmisión eléctrica se emplazará en las comunas de Pemuco y Cabrero, y los paños de 220 kV en la S/E Charrúa ubicada en la comuna de Cabrero, Provincia de Biobío.

La fecha estimada de inicio de ejecución de las obras está prevista para enero de 2017 y demandará en el peak de su construcción unos 400 puestos de trabajo, con un mínimo de 150. La vida útil de dicha obra será de 50 años.

Transelec Concesiones S.A. precisa que la obra se enmarca dentro del Decreto Supremo 201 de fecha 4 de junio de 2014 emitido por el Ministerio de Energía, modificado por decreto exento 134 del Ministerio de Energía con fecha 7 de abril de 2015.