Manganeso y betacarotenos pueden mejorar el bronceado
Las exposiciones prolongadas al sol provocan modificaciones celulares y la piel necesita varios días para corregirlas. En primer lugar, la piel se vuelve más espesa. De hecho, la manera natural de la epidermis de protegerse es intensificando su barrera protectora, la capa córnea.
Por otro lado, broncearse conlleva una fuerte deshidratación y la producción de un colágeno de mala calidad. Hidratarse correctamente e ingerir vitaminas podrían ser de utilidad para lograr la regeneración de tejido y colágeno. Eso sí, sin olvidar que el daño de los rayos ultravioletas puede ser irreversible.
Uno de los elementos positivos son las vitaminas y betacarotenos, ya que aumentan la síntesis de melanina -pigmento que broncea y protege la epidermis del sol.
La zanahoria es el alimento con mayor contenido de carotenos, sustancia que aumenta un 29% la síntesis de melanina. Otro de los componentes necesarios para mantener la piel sana es el manganeso, mineral que se encarga de la absorción de los rayos UV, actuando como filtro y bloqueador de los radicales libres y, al mismo tiempo, ayuda a la pigmentación de la piel. Se puede encontrar en alimentos como los frutos secos en general, (especialmente nueces), los cereales y las legumbres.
Para combatir la sequedad de la piel es necesario mantener un buen estado de hidratación. Una opción refrescante, isotónica, libre de grasas y colesterol, baja en calorías y buena fuente de potasio y minerales esenciales es el agua de coco.