Nadie es profeta en su tierra, y esa parece ser la consigna de Olivos Ruta del Sol S.A. que le dio al clavo con una fórmula de gestión productiva y comercial que le ha permitido posicionarse como uno de los más reconocidos productores de aceite de oliva del mundo, con su marca Deleyda.
Se trata de un emprendimiento bien "sui generis", que ha sabido aprovechar los beneficios de la globalización de las comunicaciones para integrar su actividad productiva, que se desarrolla en su totalidad en la Quinta Región, y la gestión comercial que se dirige desde la gerencia general en Concepción.
Y la razón es simple. El 50% del capital de la empresa es penquista, y parte de un holding de Forestal Diguillín, vinculado a los empresarios Samuel y Diego de la Sotta.
La gerencia general está a cargo de Fernando Carrasco Spano, quien además es director de Chile Oliva, gremio que reúne a los principales productores de aceite de Chile.
Aunque la marca no es tan conocida por el consumidor, cuenta a su haber con un listado no menor de condecoraciones de nivel mundial
El aceite ha sido premiado en el mundo entero, año a año, sin excepciones desde sus orígenes. El 2014 Deleyda obtuvo, entre otros reconocimientos, la Medalla de Oro en OroChile (Chile), Medalla de Bronce en Sol D'Oro (Italia), Medalla de Plata en NYC International (EE.UU.), Medalla de Plata en Ovibeja (Portugal) y en 2015., logró 91 Puntos en la Guia Flos Olei 2015.
La empresa que partió en 2006 exporta a 11 países, produce 1 millón de litros al año; el 40% se despacha envasado y el 60% a granel, "todo de alta calidad", destaca Carrasco.
Uno de los pilares de esta empresa, desde sus orígenes, ha sido una fuerte vocación por la calidad y llegar a los clientes con el mejor aceite de oliva extra virgen. "Esta convicción la ha hecho suya el equipo humano y profesional de excelencia detrás de Deleyda", dice el ejecutivo.
La calidad y complejidad aromática que caracterizan a este aceite extra virgen se logra gracias a la mezcla de diferentes variedades de olivas seleccionadas. La tecnología para la extracción del aceite es tan importante como los factores de clima, de suelo o de las variedades de olivas plantadas. El gerente explica que la empresa escogió tecnología italiana de primer nivel para poner en pie dos almazaras que cumplieran con los más altos estándares de calidad. Éstas se ubican a "pie de campo" en los respectivos huertos, lo que permite procesar la fruta el mismo día de la cosecha, fresca y en perfectas condiciones y obtener así un aceite de alta calidad, aromático y sin defectos organolépticos.
Este 2015 la facturación fluctuaría entre US$4 a US$5 millones "Es que las ventas se han ido duplicando desde 2012 en adelante", asegura Carrasco.
Los principales destinos están en Sudamérica, particularmente Brasil, donde la marca ha logrado posicionarse entre las más reconocidas. Para 2016 el plan es llegar a Asia, principalmente a Japón, Corea, hacia donde se están enviando muestras, explica Fernando Carrasco. Asimismo, están en conversaciones con importadores rusos, donde tuvieron gran acogida en una reciente feria a la que asistieron.
Tenemos un plan de trabajo internacional que implica entre 7 a 10 misiones por año, participando en ferias de alimentos y aprovechando la inteligencia de mercado que desarrolla ProChile, reconoce el gerente general, cuya base de operaciones es Concepción.