A galope por el arte
En la exposición que el año 2014 homenajeó a Nicanor Parra con motivo de su centenario una inmensa fotografía reunía a "los muchachos de entonces" en torno al poeta. Sus amigos cercanos, se lee. Flanqueándolo está otro poeta Rubén Azocar y su esposa Lavinia Andrade. Son los padres de Carmen Azocar, asistente social de profesión, ex académica universitaria, gestora, curadora y propietaria de la galería de arte El Caballo Verde, que este mes cumple treinta años.
Carmen asentada en Concepción por matrimonio, nació, creció y se vinculó desde su infancia con artistas, escritores y poetas, en una lista que da vértigo, partiendo por Pablo Neruda, quien solía invitarla a recorrer la playa de Isla Negra para "caracolear"; Juvencio Valle la tomaba en brazos y ella por una extraña razón, cuando eso sucedía, le dejaba un mojado recuerdo. La hermana de su padre, su tía Albertina Azocar fue el primer gran amor del poeta e inspiradora de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada". Eso solo-pienso-equivale a tener una condecoración para ostentarla.
La destacada artista y su amiga personal Delia del Carril una de las esposas del Premio Nobel, fue quien la instó e inspiró para dedicarse al arte. Sus magníficos grabados fueron los que dieron el vamos a la galería, cuyo nombre recuerda a la revista que Pablo Neruda junto a sus amigos poetas editaron en España, en la década del 30.
Carmen apostó por hacer un aporte a la cultura de la ciudad que la acogió y donde nacieron sus hijos. No ha sido nada fácil, como siempre sucede, pero tampoco algo ingrato. Ella conoce el trabajo que realiza, es una curadora exigente lo que a veces provoca anticuerpos en algunos artistas, hay quienes la critican por privilegiar solo consagrados a nivel nacional, pero hay que reconocer que los mejores nombres de la plástica y la escultura en Chile, en esta tres décadas, han sido huéspedes de la galería y los penquistas han tenido ocasión de disfrutarlos.
Es un negocio, pero mezclado con vocación y gusto por la belleza. También Carmen ha cumplido una interesante tarea de guía de quien o quienes quieren saber más de arte, de pintura, de estilos, de artistas y de técnicas. Fue ella quien me motivó para mi primera adquisición de un original de un artista de calidad. Me ayudó a superar mi inseguridad hace ya tres décadas. Las actividades de la celebración incluyen una exposición y un libro que la propia Carmen escribió. Material tiene de sobra. El ágil caballo está vigente, pleno de vitalidad. Felices treinta años.