Mediación y su aporte a la cultura de la paz
La cultura de la paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos, tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas y entre las naciones, teniendo en cuenta los derechos humanos, y por ende respetándolos. Ésta fue definida por resolución de la ONU, siendo aprobada por la Asamblea General el 6 de octubre de 1999.
En el manifiesto 2000 para una cultura de paz y no violencia, se propicia la idea de escuchar para comprender, defender la libertad de expresión y la diversidad cultural, privilegiar el diálogo sin ceder al fanatismo y al rechazo. Las personas debemos aprender a escuchar, pero también debemos aprender a comprender a las personas que nos rodean. Escuchar para entender y no sólo para contestar.
La Asamblea General de la ONU ha reconocido que la paz no implica la ausencia de conflictos. El conflicto es parte de la naturaleza humana. El problema principal es cómo enfrentarlo y solucionarlo. Entendiendo el ejercicio de la ciudadanía como el resultado de complejos procesos en los que estarán necesariamente presentes el conflicto y la confrontación, es preciso propiciar el diálogo social. También las relaciones familiares pueden resultar complejas y no exentas de conflictos. Este diálogo seguramente tendrá momentos de consenso y de conflicto, aceptando que el consenso no supone la unanimidad sino un proceso de compromisos y desacuerdos en continuo cambio entre convicciones distintas.
En este escenario la mediación surge como una opción en la solución del conflicto que promueve el diálogo. La mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o más personas, con la ayuda de una tercera imparcial, el mediador. Los mediadores no son jueces ni árbitros, no imponen soluciones ni opinan sobre quién tiene la verdad, lo que buscan es satisfacer las necesidades de las partes en disputa, regulando el proceso de comunicación y conduciéndolo por medio de unos sencillos pasos a la solución del conflicto.
En nuestro país, cada día se establecen más instancias de mediación previa a los procesos judiciales (familia, salud, laboral) con el objetivo de desjudicializar ciertos conflictos. Pero podemos entender que si bien este fue el efecto querido en su inicio, también ha contribuido al acceso y calidad de la justicia, por ser un procedimiento rápido, participativo, creativo y flexible; contribuyendo a mejorar la comunicación entre las partes, al fomentar el contacto cercano y la empatía.
Hemos avanzado, pero es deber del Estado crear políticas de fomento de la solución alternativa de conflictos en todas las materias en que sea posible implementar, ya que las ventajas de fomentar el diálogo social son tan amplias, que es un aporte importante a la cultura de la Paz.