Llega septiembre y los árboles en flor anuncian que una estación anhelada por muchos está a punto de comenzar. Se trata de la primavera, cuyo equinoccio se produce, en teoría, cada 21 de septiembre, pero que en realidad, este año será el 23 de septiembre a las 5.21 horas, según el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (Shoa). Entonces, mañana le daremos la bienvenida oficial a la temporada primaveral, una donde el crecimiento de las flores no sólo habla del florecimiento del amor, sino que también de las alergias con síntomas como la irritación de los ojos, congestión nasal y estornudos.
Así lo cuenta Eduardo Mellado, académico del área Respiratoria de Kinesiología de la Universidad San Sebastián, quien explica que una alergia es un estado de hipersensibilidad inmunológica, una respuesta exagerada frente a un estímulo o alérgeno, pudiendo transformarse éste en un agente patógeno.
DIVERSIDAD
"El estado alérgico es específico para un alérgeno, para un tejido u órgano y es individual, es decir, una sustancia puede desencadenar una respuesta alérgica en algunas personas y en otras no", puntualiza. Afirma que en la actualidad, más de un tercio de la población mundial presenta alguna enfermedad de origen alérgico.
Por lo mismo, las manifestaciones clínicas de la alergia son diversas. Dentro de éstas las más conocidas por la población son las rinitis, conjuntivitis, asma y dermatitis; las que justamente aumentan durante la primavera. El profesional aclara que sucede porque durante ciertas épocas del año se exacerban algunas hiperreactividad específicas, lo que no es exclusivo de la primavera, pero que en esta época, se da por la polinización de ciertas plantas, arbustos y árboles, principalmente.
NO EXPONERSE
Existen ciertos medicamentos que ayudan a minimizar la reacción inflamatoria una vez desencadenada la respuesta o que también pueden generar una más atenuada, entre los que Mellado destaca aquellos derivados de corticoides y las inmunoglobulinas, todas las cuales deben suministrarse bajo estricto control médico.
De amplio uso son también los antihistamínicos, los que se utilizan para atacar o contrarrestar el cuadro agudo una vez instaurado, pues actúan inhibiendo la acción de uno de los mediadores químicos que destacan en el proceso inflamatorio, la histamina.
Sin embargo, estos fármacos no tienen tanta utilidad en la profilaxis y en eso hace énfasis el académico de la USS, pues el mejor tratamiento de las alergias es justamente la prevención, lo que se logra al minimizar la exposición a los alérgenos, donde es determinante el hecho de que la persona tenga identificado los alérgenos que le afectan, donde lo correcto es no exponerse a estos agentes, porque cada vez que eso suceda, se desarrollará una respuesta alérgica inflamatoria.
Al respecto, aclara que no existen personas más o menos expuestas a las alergias, ya que se trata de una condición genética de hipersensibilidad que se va a tener siempre, que no se adquiere ni contagia. "Estadísticamente, la mayoría de las personas, por no decir todas, tiene una reacción alérgica a algún alérgeno y puede que nunca en su vida se exponga a ellos y, por lo tanto, nunca desarrollará la respuesta alérgica. Una persona que sea alérgica al polen de una determinada planta pero que nunca ha estado expuesta a dicho polen, no desarrollará la reacción alérgica y no sabrá que es alérgico hasta que tenga el primer contacto con éste; y así con todas las sustancias a las que eventualmente una persona sea alérgica, como es el caso de determinados alimentos", explica.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Posibles alérgenos se pueden encontrar dentro y fuera del hogar. Respecto del aire libre, Eduardo Mellado cuenta que éste puede contener distintos elementos que eventualmente pudieran causar una respuesta alérgica inflamatoria en quienes sean propensos, como la humedad o el aire contaminado; pero como es difícil de controlar, una recomendación para prevenir la exposición es tapar la boca con una pañoleta.
Pero, dado lo anterior, el consejo del kinesiólogo apunta a controlar el medio intradomiciliario para disminuir la presencia de estos agentes, como el polvo que contiene ácaros, para lo que hay que evitar elementos que atrapen polvo como las alfombras y peluches; la humedad para no desarrollar hongos en techos, paredes y ropa; o contaminantes inhalados como gases tóxicos de la parafina y leña; y evitar la tenencia de animales domésticos dentro de la casa, por mencionar algunas.
Sin embargo, la principal medida preventiva va de la mano de ventilar y airear los lugares de forma periódica, pues ayuda a eliminar y minimizar la carga de alérgenos.
Sobre el aseo recomienda, en lo posible, usar paños húmedos en pisos para evitar la expansión de los alérgenos, limpiar zonas húmedas con cloro y papel desechable, y evitar el secado de ropa dentro de la casa usando estufas.