Discreto fue el cometido del coronelino Víctor Aravena y la penquista Isidora Jiménez en el Mundial de Atletismo de Beijing. Ambos, que venían de competir en los Juegos Panamericanos de Toronto, tenían la ilusión de hacer algo importante en el evento asiático. Sin embargo, sus actuaciones estuvieron por debajo de sus expectativas, tanto así que ni siquiera pudieron superar las rondas clasificatorias en sus respectivas pruebas.
Luego de ser eliminada tempranamente en los 100 metros planos (terminó sexta con 11.47), "Isi" apostó por su especialidad, los 200 metros planos. Sin embargo, corrió el mismo desenlace que en el hectómetro: anotó 23.22 y quedó fuera de las semifinales poniendo fin a su actuación en el rekortán del "nido de pájaros".
Misma situación corrió el fondista coronelino, quien llegaba como campeón sudamericano en la distancia y bronce en Toronto. No 0bstante, en las clasificatorias de los 5 mil metros finalizó 18º (entre 19) con 14 minutos 29 segundos 34 centésimas, lejos de su mejor marca del año (13:46.94) y sin lograr el objetivo de clasificar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El mejor de la especialidad fue el etíope Hagos Gebrhiwet, con 13:45.00.
De esta forma, concluye la actuación de las dos cartas oriundas de la Región que actualmente viven en Santiago. La tarea por delante será seguir buscando la clasificación a la cita de los cinco anillos, aunque claramente el Mundial permitió colocarlos al nivel de los mejores exponentes del mundo y analizar si, efectivamente, son capaces no sólo de seguir mejorando sus registros, sino que, además, de hacer frente a deportistas de otros continentes que, por biotipo y genética, están a mucha distancia en rendimiento.
Los otros nacionales presentes en el Mundial fueron Karen Gallardo en lanzamiento del disco (58.32 y no clasificó), Natalia Ducó en lanzamiento de la bala (novena con 17.98) y Yerko Araya en la marcha de 20 kilómetros (fue 50º con 1:29.12).
Al cierre de esta edición competía el sexto y último representante chileno, Carlos Díaz, en las clasificatorias de los 1.500 metros planos, para poner fin al bajo cometido nacional.