Laudato si': Cuidando nuestra casa común
Recientemente el Papa Francisco I ha entregado la realista y contundente encíclica Laudato si' (Alabado Sea) sobre el cuidado de la casa común, en la que manifiesta la preocupación por el deterioro ambiental global.
Esta carta pastoral no solo está destinada a los católicos, sino que va dirigida a cada persona que habita la tierra; a todas las personas de buena voluntad; pues "nuestra casa común", está sumida en una gran crisis, que afecta al planeta y a quienes vivimos en él y especialmente a los abandonados y frágiles del mundo, pues como se señala reiteradamente, "todo está conectado" y la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas, teniendo esta crisis una raíz humana.
Luego de revisar el estado del ambiente en materia de contaminación; desechos y cultura del descarte; cambio climático; la cuestión del agua; pérdida de biodiversidad y de constatar el deterioro de la calidad de la vida humana, la contaminación "mental" y la degradación social que significa la pobreza; en fin la iniquidad planetaria; se concluye que es necesario un nuevo sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas, lo que requiere la acción de todos para impedir que la tierra se convierta en un inmenso "depósito de porquería".
Si bien la Encíclica reconoce los aportes que han efectuado diversos instrumentos internacionales como la Declaración de Estocolmo y la Declaración de Rio de 1992, señala que las cumbres y las regulaciones existentes sobre la materia, en general han sido un fracaso, ya que el interés económico ha prevalecido sobre el bien común, responsabilizando fundamentalmente de esta crisis al paradigma tecnocrático.
Por cierto que el objetivo de este documento es hacernos reflexionar sobre la degradación humana y ambiental que nos afecta y nos exhorta a adoptar medidas para revertir este negativo proceso, instándonos a amar a toda la creación como don que surge de Dios.
Frente a esta crisis socio-ambiental, se propone practicar una "ecología integral", que incorpora al ser humano en este mundo y sus relaciones con todo lo que lo rodea, pues la dimensión social y humana está conectada con lo ambiental.
Concretamente se propone un cambio en los estilos de vida, en los modelos productivos y de consumo y en las estructuras de poder y de gobierno para practicar esta ecología integral en la que hay que desarrollar la capacidad de salir de sí hacia el otro y respetar lo que nos rodea, en definitiva logar una "conversión ecológica".
Es de esperar que esta carta pastoral haga que todos, sean gobierno, ciudadanía y los demás actores sociales, en fin, toda la humanidad, reflexionemos y tengamos el interés y la capacidad para colaborar en cultivar y garantizar con responsabilidad el futuro de nuestra casa común.