Actividad física es un complemento del desarrollo en la primera infancia
La actividad física, a través del movimiento, comienza a desarrollarse desde que los niños y niñas son muy pequeños, cuando el gateo, los saltos e incluso los primeros pasos, demandan grandes esfuerzos para lograrlo.
Y esto es muy importante en esta etapa. Así lo afirma Lilian Poveda, jefa de carrera de Técnico en Educación Parvularia de Santo Tomás, quien explica que la actividad física trae consigo diversos beneficios, tanto a nivel físico como emocional, siendo algunos ejemplos el conocimiento del propio cuerpo y sentimientos de bienestar y felicidad.
Sin embargo, a pesar de los aspectos positivos de esto, la académica argumenta que nuestra sociedad tiene la tendencia a valorar más aspectos relacionados con el desarrollo cognitivo. "Lo más común es que si a un padre le preguntan por cómo están sus hijos, éste responda que bien, que está aprendiendo los colores, a sumar u otro logro académico. Hemos transformado el conocimiento en indicador de que el niño crece sano", sostiene.
VISIÓN HOLÍSTICA
Pero, el desarrollo de una persona involucra diversos factores. Entonces, para que éste sea integral, la profesional enfatiza que lo correcto es darle un enfoque que sea holístico; es decir, que aborde tanto la mente como el cuerpo y el espíritu.
Y es que desde su perspectiva, si lo que en la sociedad se está privilegiando es el desarrollo de lo cognitivo, de la mente, entregando estímulos que apunten a nuevos aprendizajes cada día, a su vez, se le está restando importancia a las actividades físicas, pero que, afirma, son determinantes en la etapa preescolar.
Esto, porque además de favorecer el desarrollo físico, la actividad física es clave en el crecimiento del niño, donde no sólo genera más habilidades motrices y de equilibrio, sino que en lo social aumenta su capacidad de comunicarse con otros, de expresarse, al mismo tiempo que ayuda a disminuir la agresividad.
Todas, habilidades que según la profesional "le ayudarán a adquirir aprendizajes trascendentales futuros. Por ejemplo, el conocimiento del esquema corporal facilitará su entendimiento de la lateralidad, básica para el aprendizaje de la escritura. Lo mismo sucede con los aspectos emocionales que sientan las bases de valores del mundo escolar y de los adultos como el trabajo en equipo, la disciplina e incluso la tolerancia a la frustración", detalla la experta.
TIPOS DE ACTIVIDADES
Para el profesor de Educación Física y jefe de carrera de Preparador Físico de Santo Tomás, Gabriel Romero, los niños, sobre todos los que asisten a un jardín o colegio, debieran tener rutinas de actividades programadas. Éstas deberían ser, "básicamente a través de juegos que promuevan el movimiento, como correr, saltar, atrapar; así comenzará a potenciar su motricidad gruesa".
En ese sentido, Romero recomienda evitar la práctica de deportes propiamente tal. Con esto no se refiere a que un niño o niña no pueda jugar fútbol, por ejemplo, a lo que apunta es que el trabajo esté orientado a sus destrezas más que al juego en sí mismo. "Que ataje, corra y patee la pelota es más importante que comprenda las reglas deportivas", puntualiza.
Las actividades relacionadas con la música también son una buena alternativa, pues las diferentes melodías los invitan a seguir el ritmo.
Finalmente, Lilian Poveda enfatiza en que "los sentimientos de felicidad y bienestar que provoca la actividad física en general y el deporte en particular, pocas disciplinas los pueden alcanzar. Cuando un niño sabe que es capaz de controlar su cuerpo, conocer cómo actúa y reacciona, aumenta la autonomía y amor por sí mismos".