Prescripción segura evita riesgos de anticonceptivos hormonales
Que la píldora anticonceptiva fue sinónimo de revolución no es un hecho desconocido. Marcó un antes y después en la historia de la liberación femenina, otorgando la posibilidad de que fuera la mujer quien tomara decisión sobre su propio cuerpo y sexualidad, evitando un embarazo no deseado.
Pero, aunque hoy los anticonceptivos hormonales orales son de los métodos más usados y efectivos, el tema de la anticoncepción es uno que ha estado presente desde hace muchos años, donde se tiene registro del uso de preservativos en el antiguo Egipto y un Dispositivo Intrauterino en las primeras décadas del siglo XX.
El punto es que todos son métodos que permiten planificar la familia en pos de la cantidad de hijos que la mujer y/o pareja desea tener. Así, la prevención de un embarazo no planificado se transforma en el beneficio más reconocido de la anticoncepción.
Pero, según explicó el doctor David Escobar, no es el único. "En el caso de los anticonceptivos orales, que ya tienen 55 años de historia, con el tiempo se han ido buscando mayores beneficios y es así como se puede encontrar la disminución del acné y mejorar calidad de la piel, además de la disminución del sangrado y de los dolores menstruales, así como la regularización de los ciclos menstruales, entre otros", comentó el profesor adjunto de la Universidad de Chile.
PROTECCIÓN VERSUS RIESGO
De la mano del desarrollo también se ha buscado disminuir al máximo el riesgo del uso de anticonceptivos, ya que al igual que todo fármaco, los de este tipo conllevan efectos que pueden ser adversos. Especial relevancia tiene este aspecto si se considera que éstos, según el profesional, son el único medicamento que se le entrega a una mujer sana y no como tratamiento para una enfermedad.
El peligro de sufrir una trombosis es uno que se asocia al uso de anticonceptivos hormonales y que vuelve a la palestra cada cierto tiempo, generando impacto y causando inseguridad entre las usuarias, quienes muchas veces prefieren descontinuar su uso para sentirse resguardadas.
Justamente, "Anticoncepción y trombosis" fue una de las charlas que el profesional expuso en el Curso de Actualizaciones en Endocrinología Ginecológica, organizado por el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, y que se realizó durante la semana pasada en el Hotel Sonesta.
¿Cuánto de verdad y cuánto de mito urbano hay en eso? El profesional fue claro: el riesgo de trombosis, arterial o venosa, como un evento mayor es algo real en relación al uso de anticonceptivos hormonales combinados (píldoras, parches, inyecciones o anillos vaginales).
Sin embargo, la realidad no es tan adversa como parece, por lo que uno de sus llamados es a no alarmarse. "Dentro de un contexto general, el riesgo de trombosis que los anticonceptivos hormonales producen es seis o siete veces menor al riesgo que produce un embarazo desde el mismo punto de vista", sostuvo.
En cifras, especificó que una mujer que no ocupa anticonceptivos y no está embarazada tiene una posibilidad de trombosis de 4 por cada diez mil en un año; quien usa anticonceptivos tiene un riesgo de 8 por diez mil; mientras que la mujer embarazada llega hasta treinta por diez mil. "Lo que se pretende evitar que es el embarazo, permitiendo la planificación familiar, desde esa perspectiva también permite disminuir el riesgo de trombosis", puntualizó.
Agregó que este riesgo es en los 4 a 6 primeros meses de uso. Si en ese periodo no se produce una trombosis, el peligro desapareció. Por eso, descontinuar el uso sólo por alarma es un gran error, porque al comenzar un nuevo ciclo con otro método, el riesgo de trombosis se hace latente nuevamente.
EVALUACIÓN SENCILLA
Lo que sí hay considerar, recalcó el profesional, es que estas cifras están siempre asociadas a una mujer sana, pues el peligro de desarrollar una trombosis más que relacionarse a componentes del fármaco o a un producto en general, va asociado con los factores de riesgo, donde obesidad, tabaquismo, hipertensión o antecedentes de trombosis en la familia son los principales.
Es ante esto que la automedicación puede exacerbar los peligros, pues se podrían estar pasando por alto ciertos aspectos y exponiéndose a algún evento adverso que tenga consecuencias nefastas.
Al respecto, Escobar dijo que hay anticonceptivos hormonales que sólo tienen una hormona, no contienen estrógenos, y toda esa línea es más segura desde el punto de vista del perfil trombótico y también altamente eficaces. "El problema es que empiezan a aparecer problemas para la comodidad de la mujer, como los sangrados irregulares, porque no regulan bien las menstruaciones, lo que hace perder la ciclicidad, por ejemplo. Por lo que desde ese punto de vista uno siempre debe ofrecer lo que sea efectivo pero también cómodo. Si hay mujeres que no lo van a tolerar, hay que considerar ese aspecto y buscar otra alternativa", dijo.
La clave, entonces, es la evaluación de un profesional de la salud (matrona, médico de atención primaria o ginecólogo), lo que garantiza un examen clínico que permitirá indagar en las condiciones de salud de la usuaria, para ofrecerle una alternativa que no la perjudique. Preguntar respecto a los antecedentes de salud familiares, así como también medir, pesar y tomarle la presión a la usuaria son las sencillas formas de detectar o descartar factores de riesgo, sin la necesidad de realizar otro tipo de exámenes. Así, en el caso que se encuentre un factor de riesgo, el camino debería ser considerar otra alternativa, pero si se encuentran dos factores de riesgo, la obligación es buscar otra alternativa.
"Yo no le puedo prescribir un anticonceptivo oral combinado a una mujer obesa y que fume, por ejemplo, lo que no significa que no existan alternativas para ellas. Por eso, lo que uno siempre debe fomentar es la prescripción segura, con eso se olvidan todos los debates y aquellos temas que crean pánico y que aparecen masivamente, como lo de la trombosis", finalizó.