Carrera docente: sensatez y sentido común
La iniciativa impulsada por el Gobierno acerca del desarrollo profesional y la carrera docente se ha trasformado en una situación crítica (de gobernabilidad) y conflictiva (de intereses) entre el Ejecutivo (incluido el legislativo) y el gremio de profesores, a los cuales se han sumado estudiantes, sostenedores y últimamente, padres y apoderados.
La situación de fondo, en cuanto a la necesidad de una política pública que regule la formación inicial y el ejercicio de la función docente, la cosa no se ve bien, o no se percibe con claridad sus bases "doctrinales", pues la búsqueda de soluciones al conflicto, una vez más, se circunscribe a la participación de actores deslegitimados en sus roles. Y lo más grave es lo que sucede a la clase política, sobre la cual se ha perdido sostenidamente la confianza ciudadana. Incluso los hechos recientemente informados por los medios dan la impresión de la existencia de una cooptación mucho más grave de lo que se creía.
Quizás por ello, las reformas impulsadas, no obstante ser demandadas por la ciudadanía, acaban siendo resistidas, pues parece que el origen, diseño y representatividad de ellas distan mucho de las expectativas que tenía la población. Siendo necesarias para que el país se oriente definitivamente a un desarrollo humano integral, equitativo, da la impresión que la ausencia de "sensatez" y de "sentido común" han llevado los problemas a extremos en que las posturas se agudizan y las soluciones se hacen absurdas, inútiles, innecesarias e incluso, regresivas. Un ejemplo es la certificación de conocimientos que se pretende hacer a los docentes, pues aunque deben ser evaluados en su desempeño (en el aula), introducir un sistema nuevo de medición (tercerizado por cierto) no sólo no contribuirá a mejorar la calidad de la educación sino sólo aportará a jerarquizar la función docente y suministrar datos que solo servirán para hacer rankings.
La "sensatez" es una cualidad que tienen quienes muestran buen juicio, prudencia y madurez en sus actos y decisiones: Hemos de hacer todos los esfuerzos que sean necesarios con el propósito de establecer una ley que beneficie el desarrollo profesional docente, cuyo foco sea el mejoramiento de la práctica educativa, clave para elevar la calidad de la educación.
A su vez, si el "sentido común" dice relación con conocimientos y creencias compartidos por toda una comunidad, que además han de ser prudentes, lógicos o válidos, entonces, cómo es posible que la iniciativa depositada en el Parlamento sea tan resistida por la comunidad y requiera de tantas indicaciones que dan la impresión que carece de las virtudes que permitan dar definitivamente solidez al sistema escolar poniendo en el centro de la gestión de calidad a los docentes.