El 25 de agosto de 2011, Manuel Gutiérrez de 16 años murió víctima de un disparo, mientras observaba una marcha convocada por la CUT. Carabineros negó tener que ver con los disparos, pero a los pocos días se supo que el autor era Miguel Millacura, quien disparó su Uzi y terminó con la vida del joven.
En este caso se basa el documental "Crónica de un comité", que sigue los pasos de la familia de Gutiérrez en busca de justicia por el asesinato de su hijo.
El material muestra, desde la propia visión de los involucrados, toda la travesía por la que pasaron los cercanos a Manuel. Todo esto, para lograr que Millacura fuera procesado por la justicia civil y no por tribunales militares, ya que su pena fue rebajada apenas a tres años y un día de libertad vigilada.
Después de recibir destacados premios en festivales, como el de Mejor Largometraje Nacional en Fidocs 2014, la cinta se estrenaba ayer en Concepción, en Balmaceda ArteJoven. Se volverá a exhibir hoy -19 horas- en la Pinacoteca de la Universidad de Concepción. Además del visionado de la obra, se va a sumar un conversatorio con José Luis Sepúlveda, uno de los directores de la cinta.
UN CASO DELICADO
"Crónica de un comité" está dirigida por José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola, quienes trabajan juntos desde el inicio de sus carreras. Han dirigido cintas como "Mitómana" (2010) o el cortometraje "El destapador" (2013).
De visita en Concepción con la promoción de la película, Sepúlveda asegura que ésta no suma tintes políticos ni se trata de una campaña panfletaria, como suele ocurrir con este tipo de documentales.
- Con Carolina (Adriazola) trabajamos hace muchos años en un colectivo. Lo hacemos en la esfera social que hay en Santiago, con la contingencia política popular. Cuando se supo la sentencia y sale el policía implicado en libertad, se forma este comité por la justicia de Manuel Gutiérrez y nos invitaron a realizar el registro. El primer día que llegamos a esa casa fue muy difícil. Se sentía en el ambiente que habían asesinado a un niño. A un miembro de su familia.
- Nosotros planteamos ese formato horizontal, para mostrar el punto de vista de los protagonistas, no sólo de los realizadores. Tocar un tema así es difícil. Está tan al borde de la victimización y de un reportaje, tan discursivo y propagandístico, que no es lo que queríamos hacer.
Sabíamos que si teníamos un equipo de grabación metido en algunas escenas, no habríamos logrado filmar varios momentos importantes. Queríamos mostrar que existen mecanismos de parte de la policía o del gobierno, para hacer que todo se vaya en la dirección que ellos quieren. Si te fijas en la secuencia de los capellanes, ellos van en nombre del general de Carabineros a convencer a la familia para optar por el pensamiento de la institución.
- Hay un sector de la sociedad que avala ciertos tipos de represión policial. Cuando uno revisa medios más informales, como los comentarios de las notas en internet, uno se encuentra con palabras que festinan con estas situaciones. Esto es así. Es parte de quienes somos. Nosotros no somos nadie para andar juzgando (...) Por eso quisimos dejar que cada personaje interpretara su propia opinión.
- Mi parecer era que tanto las autoridades como carabineros estaban tan seguros de que la gente no iba a causar ningún efecto, ni en la justicia militar o civil.
Imagínate que los diputados recibieron al Comité almorzando. Ningún respeto. En algún momento sentimos que sí, que habían ciertos tipos de hostigamiento. Pero creo que ellos sentían que tenían todo tan controlado que les daba lo mismo lo que hiciéramos.