"Tranquilo, si vamos a andar despacio", decía Carlos Muñoz, piloto de la categoría R3B y líder del equipo Movistar Motorola Honda Rancing, antes de largada.
Casco puesto y cinturones ajustados. La cuenta regresiva del cronómetro de la largada llegaba a cero, era hora de arrancar.
"Las manos siempre en el cinturón y sujétate bien", fueron sus últimas instrucciones antes de que el motor del Honda Civic Type comenzara a rugir.
Derrapando por la ruta, ubicada a un costado del Puente 5 camino a Florida, el Honda Civic alcanzaba velocidades de competencia.
"Ahora a fondo", decía el piloto temuquense, llegando a los 150 km/h por la recta de una ruta marcada por la tierra y el ripio.
Curvas muy cerradas, descensos bruscos y la adrenalida a tope marcaban el periplo tuerca, por un trayecto que hasta el propio Muñoz desconocía. "No cacho mucho este camino, así que cuidado", contaba entre risas.
Shakedown
Pero pese a todo, la emoción era máxima, para todo amante del mundo tuerca correr en un auto de Rally y sentir la velocidad. Una sensación difícil de explicar.
"Yo empecé de chico con las motos y ahora que estoy más viejo me cambié a los autos. Este es mi quinto año y espero que sea el mejor", relataba el ganador del título del Gran Premio de Santa Cruz.
Consultado sobre sus expectativas para el Gran Premio de Concepción es categórico: "Espero ganarlo, no hay de otra".
DE GAVARDO
No sólo para el mundo tuerca, sino que para todo el deporte chileno, la repentina muerte del "Cóndor de Huelquén" fue un golpe muy duro.
"Lo conocía de las motos, corrimos muchas veces juntos y que se haya ido de la noche a la mañana todavía no lo creo", narró el piloto de la R3B.
"Carlo siempre fue un hombre muy buena onda, con lo que podía te ayudaba. Guardo muy bonitos recuerdos de él, era una excelente persona", agregó.
"Todavía estoy muy choqueado, va a ser extraño no volverlo a ver en la carretera", finalizó el temuquense, tercero de su categoría.