A la fecha, en la Región se han registrado 15 episodios críticos por la calidad del aire: 7 preemergencias y 8 emergencias. La situación pareciera grave, considerando que en ambas los niveles de contaminación superan lo fijado por la norma ambiental, que es de 80 microgramos de material particulado 2,5 por metro cúbico de aire.
No obstante, el panorama no es tan complejo, según mencionó Hugo Rojas, jefe del Departamento de Acción Sanitaria de la Seremi de Salud. Esto, porque al revisar los datos, se constató que la calidad del aire en ninguno de estos días alcanzó los niveles de emergencia, que son por sobre los 179 microgramos de material particulado 2,5 por metro cúbico de aire.
La explicación es simple. Este año se implementó un sistema de anticipación de la calidad del aire, cálculo que se hace en base a información meteorológica disponible el día antes del pronóstico. Posterior a ello, utilizando los datos registrados en las estaciones de monitoreo y cruzadas con otros indicadores, se calcula la presencia del material particulado en el ambiente, lo que arroja el resultado final.
Según un documento elaborado por el Departamento de Acción Sanitaria, el análisis arrojó que a la fecha, en Chillán-Chillán Viejo sólo ha habido dos preemergencias y que incluso en tres de las cinco emergencias decretadas la calidad del aire fue buena. En tanto, en Los Ángeles sólo se ha registrado una preemergencia. La proyección había sido de dos preemergencias y una emergencia.
Explicación
Para Hugo Rojas, las explicaciones de la mejor calidad del aire son varias. "Las medidas de restricción establecidas durante el día anterior, las cuales habrían sido suficientes para reducir las emisiones de material particulado fino en las ciudades y evitar la constatación del episodio así como por información a la comunidad", detalló.
También mencionó las condiciones favorables de ventilación o precipitaciones que no hayan sido previstas por el modelo, "el cual por cierto es una herramienta falible con un porcentaje de acierto cercano al 67% en las ciudades de Chillán y Los Ángeles".
Rojas planteó que el hecho de que los episodios pronosticados no se hayan verificado en la realidad implica que se ha reducido la exposición de las personas al contaminante de interés, lo cual "permite disminuir el riesgo asociado principalmente a un aumento de enfermedades respiratorias y evitar agravamiento de personas con enfermedades respiratorias crónicas".
Percepción
Quien compartió la visión de que la calidad del aire es mejor a lo pronosticado fue el alcalde de Chillán, Sergio Zarzar. El jefe comunal aseguró que la sensación es que la contaminación ha sido menor, lo que atribuye a una mayor conciencia de la población respecto al uso de la leña, principal foco de contaminación.
"Nosotros hemos hecho campañas con las juntas de vecinos y organizaciones sociales", expresó Zarzar. Agregó que la difusión de información sobre la polución y las fiscalizaciones hechas por Salud y Medio Ambiente han creado una sensación de responsabilidad que ha contribuido a que la calidad del aire esté mejor.
No obstante, Zarzar planteó que deshacerse completamente del problema es complejo, independiente del plan de descontaminación que está en etapa terminal en la zona. Esto, porque según su estimación, el 80% de las viviendas de la comuna utiliza la leña para calefaccionarse.
"Entonces, se requiere una inversión muy alta para cambiar la tecnología de la calefacción. Además, es imposible fiscalizar el mercado ilegal de venta de leña, porque los camiones llegan en la noche y por distintas rutas. Se requiere mucha coordinación con varias instituciones", manifestó.
Evaluación
Hugo Rojas mencionó que al final del periodo de alerta este año debe analizarse el presente estudio, considerando las implicancias epidemiológicas reflejadas en los recintos asistenciales de las ciudades de Chillán y Chillán viejo, así como la eficacia de las medidas implementadas.