Durante el segundo semestre del año será ingresada al Congreso la nueva Ley de Extranjería, la que llegará a sustituir la actual normativa que está a punto de cumplir 40 años de vigencia. Este fue uno de los puntos que informó ayer en el seminario "Política Migratoria: compromiso internacional e imperativo social", organizado por la Universidad San Sebastián, el jefe nacional del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Sandoval.
Actualmente, en el país hay 447 mil residentes de otras nacionalidades, de los cuales sólo el 2,5% se ubica en la Región del Biobío. Pese a que la cifra es baja, ha ido en aumento, ya que en los últimos cuatro años los extranjeros que viven en la zona aumentaron en un 28%, según lo expuesto por el intendente Rodrigo Díaz, quien también participó en el encuentro.
El jefe nacional de Extranjería planteó que la actual normativa del país es la más antigua de América Latina y la única que consagra la doctrina de la seguridad nacional en su contenido. Sandoval considera que es utilitarista y desconfiada y que sólo instrumentaliza al extranjero. Esto, porque sólo lo considera de acuerdo al aporte que éste puede entregarle a la economía, pero no se preocupa de la persona.
"Hoy el decreto de Ley 1.094 es que la Ley de Extranjería actual, es un paradigma absolutamente desfasado", expuso Sandoval.
Para el personero del Ministerio del Interior, la situación actual es muy diferente a lo que se vivía en la época del 70, por lo que es necesario modificarla, ya que no utiliza la migración como una oportunidad. "Los países modernos e inteligentes son aquellos que logran hacer una gestión adecuada de recursos migratorios, no los que recelan de ellos, y que es, lo que hace esta ley", declaró el jefe nacional de Extranjería, quien dijo que durante los próximos meses debería ser despachada al poder legislativo para su tramitación.
"El nuevo proyecto de ley debe respetar los derechos humanos de los migrantes, consagrados en instrumentos suscritos y ratificados por Chile, como es la Convención de Protección de los Trabajadores Migratorios y sus Familias", enfatizó Sandoval.
EN LA REGIÓN
En el Biobío actualmente hay 12.166 residentes extranjeros, los que representan sólo el 2,5% de la población que hay en el país. La mayoría es de nacionalidad argentina, y en menor escala, de Ecuador y Perú.
Asimismo, desde Extranjería reafirmaron con datos la tendencia al crecimiento que tiene la zona en esta materia. De 217 permisos de permanencia definitiva que se entregaron en 2013, se aumentó a 590 el año pasado. Un mismo escenario se da con las visas temporarias, ya que se incrementaron de 717 a 1.761 en el mismo período de tiempo, principalmente de Estados Unidos (367), Argentina (217) y Colombia (200).
En esta línea, Sandoval expuso que existe una percepción errada de que los extranjeros que llegan al país son personas poco calificadas, pues los que llegan tienen una escolaridad promedio de 12,3 años, mientras que la escolaridad de los chilenos es de 10,6 años de estudio.
"Los migrantes no son personas pobres, sino que tienen una sobrecalificación para su estrato socioeconómico", contó el jefe nacional de Extranjería, dando luces de porqué se movilizan.
Sandoval, además, expuso que el Biobío es la única región del país que incorporó dentro de los lineamientos de la Estrategia Regional de Desarrollo esta temática: "Los migrantes son parte del futuro y cuando tú proyectas tu estrategia a 10, 15 ó 20 años plazo, sí o sí tienes que considerar a un determinado sector de la población que va a ir creciendo en término de tu representación mayoritaria (...). Los migrantes van a ser incidentes en el desarrollo de la Región sí o sí".
Uno de los puntos con lo que se busca potenciar la llegada de extranjeros en la zona es con la apertura del paso Pichachén, comuna de Antuco, durante todo el año.
Sandoval, sin profundizar en los últimos avances sobre este proyecto, informó que la idea es que se transforme en un paso fronterizo permanente. Además, expuso que también ya se analiza la solicitud de abrir un paso fronterizo en la Provincia de Ñuble.