Fiesta del fútbol
Se estima que unos 70 mil extranjeros vendrán a Chile para presenciar los partidos de la Copa América, que se inició ayer y se prolongará hasta el 4 de julio. De ellos, alrededor de 7 mil arribarán a Concepción.
Doce selecciones jugarán 26 partidos en las sedes de Antofagasta, La Serena, Viña del Mar, Valparaíso, Santiago (Nacional y Monumental), Rancagua, Concepción y Temuco. En nuestra ciudad, los encuentros serán el 27 y 30 de junio, y el 3 de julio. Esto significa que Chile estará en la mira de todo el mundo, por lo que los organizadores han tomado precauciones severas, como la prohibición de ingreso de miembros peligrosos de barras bravas de otros países. Más allá del debate que se pudiera generar por lo que algunos piensan que es una vulneración de sus derechos individuales, el control de admisión a los estadios responde a instrucciones emanadas de los organismos rectores del fútbol, para evitar desórdenes y vandalismo. Se señala que los barristas de Argentina podrían ser los más afectados por las medidas de control, debido a que la Asociación de Fútbol de ese país ha enviado las listas de quienes están impedidos de ingresar a los estadios, por sus acciones violentas.
La Policía de Investigaciones (PDI), la Subsecretaría de Prevención del Delito y Estadio Seguro han desarrollado campañas preventivas dirigidas a los visitantes que vienen a los partidos de la Copa América, destinadas a informarles acerca del funcionamiento de protocolos y autoridades de seguridad, con el fin de evitar disturbios.
Este evento tiene una gran importancia, considerando los beneficios que genera por concepto de turismo, derechos de televisión, venta de entradas, el comercio que se desarrolla en torno a la competencia y la imagen internacional que proyectará el país. La Copa moverá 25 millones de dólares a nivel nacional en venta de entradas, y el gasto de los turistas extranjeros fluctuará entre 50 y 80 millones de dólares, sin contar tickets ni transporte aéreo.
Chile debe aprovechar esta vitrina como una oportunidad para demostrar la fortaleza de nuestras instituciones encargadas de la mantención del orden público. Ésta es una fiesta. Todos queremos que Chile gane en el fútbol, pero también preocupémonos por ganar este otro partido, que se juega detrás de la Copa América.