Brillos y sombras en la ruta de Nina Simone
Liz Garbus, cineasta que anteriormente puso el ojo en el ajedrecista Bobby Fisher y en Marilyn Monroe, compuso el documental "¿Qué pasó señorita Simone?" a partir de entrevistas con amigos y familiares, así como diarios de vida, cartas y grabaciones, además de fotos y videos nunca antes vistos de Nina Simone. La cinta, de una hora y 42 minutos de duración, ya debutó en el festival de Sundance.
Y aunque la obra nos muestra bastante de su música, también hay imágenes que la presentan en su faceta como activista por los derechos civiles en los candentes años sesenta en Estados Unidos. Otra arista son sus crisis de bipolaridad, de las cuales Lisa Celeste -su única hija- da su parecer. Todo, por supuesto, con esa visualidad tan atrayente de Nina y sus coloridos atuendos y tocados. Valiente y provocadora, sobre el escenario muy seria espetando al público que mantuviera silencio. O bromeando ante el piano, tan encantadora con esos largos brazos, ensayando frases francesas en su autoimpuesto exilio europeo.
Por estos días, que parecen mostrar una primavera de violencia y racismo en algunas ciudades de Estados Unidos, también suena el cover de un cover: se trata de "Baltimore", la canción de 1977 de Randy Newman que popularizó Nina Simone en 1978, una canción que habla de lo difícil que es vivir en esa ciudad, una de las más segregadas de Estados Unidos, con grandes bolsones de miseria.
La versión actual, enmarcada por la muerte del joven afroamericano Freddie Gray que falleció durante el arresto policial que sufrió, viene en la voz de Jazmine Sullivan, una nativa de Philadelphia que participa en un disco tributo a Nina Simone que verá la luz junto con el documental. La placa también cuenta con las voces de su hija Lisa y de Lauryn Hill, el rapero Common, la cantante de R&B Mary J. Blige y el reciente ganador del Grammy, Usher.
JOVEN, TALENTOSA Y NEGRA
No cuesta nada imaginar a Nina Simone a los tres años haciendo bailar sus manitas sobre el piano para repetir los compases juguetones de un boogie woogie. La niña Eunice, que ese era su real nombre, lo hacía con la anuencia de su padre John Divine Waymon, a escondidas de la madre Mary Kate, ministra de la Iglesia baptista, que a lo más le permitía uno que otro góspel.
El innegable don de la música venía con ella y pronto intentó seguir camino por el lado de la música clásica, llegando incluso a estudiar en la prestigiosa escuela de música de Juilliard, en Nueva York. Para subsistir comenzó a tocar en cabarets de Filadelfia, Nueva York y Atlantic City, donde adoptó su nombre en honor a la actriz francesa Simone Signoret, mientras que "Nina" ya se lo había obsequiado un novio. A mediados de los sesenta era número puesto en el bohemio distrito de Greenwich Village y comenzaba a involucrarse profundamente con el naciente movimiento por los derechos civiles.
Emblemática de esa época es la canción "Mississippi Goddam", basada en el asesinato por explosión de una bomba de cuatro niños negros en una iglesia de Alabama, ocurrido en 1963. En 1968, tres días después de la muerte de Martin Luther King, cantó "Why? (The King of love is dead)", y en 1969 lanzó la canción "To be young, gifted and black", un himno de esos tiempos convulsos.
A comienzos de los setenta y muy agobiada, abandonó Estados Unidos y se fue a Barbados. Luego partiría a Liberia, aconsejada por su amiga Miriam Makeba. El éxodo no se detuvo ni en Suiza ni en Holanda, y sólo en 1992 se asentó definitivamente en Francia. Sus recitales se acotaron a Europa y aunque siguió haciendo música hasta 1993 con "A single woman", su popularidad se redujo considerablemente. Una joya colgada en YouTube es su grandiosa presentación de 1976 en el Festival de Jazz de Montreaux.