Montaje viaja a la bohemia local de los años
Desde su formación en 2009, la compañía penquista Escarabajo Teatro se ha destacado por la constante búsqueda y cruces en beneficio del lenguaje teatral. Uno que para ellos es motivo de constante investigación y exploración, tal como proyectaron en su primer montaje: "Muero luego existo" de Jorge Díaz.
De ahí a la provocadora versión de "Tom Sawyer", montada en 2012, basada en la novela escrita por el norteamericano Mark Twain en 1876, hasta ahora que vuelven a la narrativa, pero desde una perspectiva más actual y ciertamente local.
El grupo dirigido por Leonardo Iturra (50) presenta "Los túneles morados", montaje basado en la novela del autor local Daniel Belmar (1961), y que retrocede a la nostalgia y los extremos de la bohemia de Concepción de los 50.
"Queríamos representar a un autor regional, y que nos hablara de un Concepción antiguo, el de nuestros padres, que nos hablara del ritmo de la ciudad, de la relaciones sociales y humanas de una época sin el desarrollo de las comunicaciones y la tecnología de esta época", explica Iturra sobre la apuesta que esta tarde -19 horas- inicia una temporada, que se extenderá hasta el sábado, en Artistas del Acero (en el mismo horario con entradas desde $ 2.000).
Con las actuaciones de Jorge Briano, Nicole Muster, Fredy Flores, Andrea Briano, Gonzalo Ramírez y Mauricio Campos; la producción estrenada en agosto del año pasado con financiamiento del Fondart (9 millones de pesos); se enfoca en un Concepción antes de un terremoto. "Una ciudad donde las calles en la noche eran muy oscuras, donde la lluvia se sentía de otra manera (...) En esta búsqueda nos encontramos con la obra " Los túneles morados" de Belmar, autor que habíamos leído en algún momento.
ANTES Y AHORA
Al plantearle el ejercicio de comparar temporalmente el Concepción de los 50 con el actual, el bailarín formado en la U. Humanismo Cristiano (1999-2003) plantea que se descubren muchas diferencias. "Sobre todo, en el cómo se vivía en esa época, se sentía, del cómo eran las relaciones entre las personas, se dimensionaba el tiempo y cómo por ende se actuaba, como se relacionaban las personas", indica, recordando los días de barrio.
"Las conversaciones eran eternas, el tiempo no se acababa. Ese Concepción con sus coches tirados por caballos, que se estacionaban alrededor la plaza, con las calles más céntricas iluminadas con sus letrero de neón. Allí la lluvia era muy intensa y los paraguas no cubrían suficiente, porque llovía de abajo para arriba y de arriba para abajo", comenta Iturra, quien entre 1987 y 1991 fue actor del Teatro Urbano Experimental de Concepción.
- El como el autor describe con tanta precisión y detalles cada lugar de este viaje de bohemia de una noche de estos tres estudiantes de la Universidad de Concepción, y los mundos en que habita cada personaje, con sus dramas, frustraciones, delirios y pasiones. Además, consideramos un reto poder llevar a cabo un proyecto complejo, debido a la forma narrativa de "Los túneles morados".
La cuarta obra de la Escarabajo Teatro relata la frenética noche de tres jóvenes estudiantes UdeC. La particularidad es que en una noche de invierno la vida de estos estudiantes cambia para siempre al sumergirse en una bohemia que "entretiene, embriaga y secuestra. Lo que se pierde en la noctámbula bohemia penquista jamás se vuelve a encontrar", anotan a modo de enganche.
- La bohemia de Belmar era un encuentro de clase, un acto democrático, de compartir lugares donde el vino, las mujeres la música, el humo de cigarro, los olores con una constelación de personajes que deambulaban de un lugar a otro, pintando una paleta exquisita de colores humanos.
- La multiplicidad de recursos escénicos que incorporo en este montaje y en otros, son producto de todos los años que llevo investigando en la línea del teatro, la danza, la musicalidad y la arquitectura del espacio. Toda esta investigación ha dado como resultado una visión y un entramado de puesta en escena particular. En los túneles morados" lo pongo en práctica tejiendo una red con el trabajo actoral que personajes de la obra me brindan, y donde cada escena tiene su respectiva atmósfera que representa los espacios de bohemias e intimidad, que pinto de musicalidad y danza.
Sobre las expectativas frente a al inicio de esta intensa temporada en AA, Iturra apuesta por la mayor cantidad de público. "Que puedan disfrutar y se puedan encontrar con un Concepción quizás el de sus padres o de ellos cuando eran muy jóvenes".