Advierten que los niños comen de más cuando están estresados
Un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition aclararía una duda respecto del aumento de la obesidad infantil: los niños son más propensos a comer en exceso cuando viven alguna situación estresante, en especial si los padres suelen utilizar la comida como recompensa.
El documento, escrito por especialistas de las universidades británicas de Birmingham, Aston y Loughborough, señala que consumir alimentos en este tipo de situaciones es una conducta aprendida y antinatural, ya que el estrés y la agitación emocional suelen reducir el apetito en lugar de aumentarlo.
Los hallazgos sugieren que los niños y niñas que siguen esta tendencia aprendieron esta conducta en la infancia temprana, quizás debido a la forma en que sus padres los alimentaron o consintieron.
Las autoras del estudio Claire Farrow, Emma Haycraft y Jackie Blissett realizaron un experimento con 35 niños de entre dos y cinco años de edad, quienes fueron divididos en dos grupos y debieron colorear un dibujo para obtener un juguete como recompensa. El equipo le retuvo a un grupo uno de los lápices, lo cual significaba que esos niños no podrían conseguir el premio, creando una hipotética situación estresante. El lugar en el que se hizo el experimento estaba lleno de "snacks" para los niños.
Los resultados arrojaron que los niños que no tenían su lápiz para terminar el dibujo fueron los que consumieron más alimentos durante la prueba. Los padres reconocieron que habían utilizado la comida como recompensa en el pasado.
La importancia de la investigación radica en que tanto los padres que retienen comida como quienes la entregan en forma de recompensa generan estrés en los niños y perjudican su comportamiento, situación que puede derivar en obesidad infantil.
Ya que la muestra del estudio es baja, las autoras aclararon que es necesario profundizar los hallazgos a una escala mayor.