Allende, PS y el Gobierno
El pasado domingo 26 de abril, el Partido Socialista desarrolló sus elecciones. La senadora Isabel Allende se impuso con una amplia y clara votación a Camilo Escalona. ¿Qué nos dejó dicha elección? Destacar el incremento de la participación, especialmente en el actual momento histórico, cuando existe un cuestionamiento generalizado al sistema político-institucional y un fuerte rechazo a los políticos y partidos. Por lo tanto, convocar e incentivar la participación y vida partidaria, no es tarea menor por estos días. Luego, constatar que ambas candidaturas reflejaron posiciones diferentes respecto a la relación con el gobierno. Mientras Isabel Allende manifestó sin ambigüedades un apoyo irrestricto a la Presidenta Michelle Bachelet y un compromiso con el programa de gobierno, la candidatura de Camilo Escalona lo hizo con algunos reparos o bien haciendo presente algunas observaciones críticas a la forma de cómo se estaban desarrollando las reformas, incluso en la conducción del gobierno.
¿Pero quiénes votaron por Allende? Aquellos militantes que sienten un mayor compromiso con el gobierno y consideran que ella es la persona que mejor encarna aquello. Es decir, conducir un partido que en lo posible no genere problemas o tensiones con el gobierno o la propia presidenta. Segundo, existe al interior del partido, de sus militantes o de quienes fueron a votar un significativo rechazo a Camilo Escalona, tanto en lo personal, como lo que él representa en materia política. Ya sea lo que fue su antigua conducción en el partido como las críticas que en el último tiempo deslizó contra el gobierno. Tercero, Escalona representa el pasado, la ex Concertación, mientras que Allende encarna más fidedignamente a la Nueva Mayoría. Pero no sólo aquello, también una nueva etapa política tanto a nivel país como del propio partido. Y esta etapa no la puede encabezar Escalona, quien representa esa vieja Concertación que se resiste a morir.
Por último está el "imaginario Allendista". La figura de Salvador Allende es muy importante en el partido. Tiene un peso histórico, político y una fuerte carga emotiva. Es un "imaginario" que apela a la subjetividad; es decir, mueve, convoca y atrae desde el punto de vista de las emociones y las pasiones. Por lo tanto ver una "Allende" en la conducción del Partido, tiene un fuerte componente "simbólico".
No es fácil la tarea que tiene la nueva conducción del partido, especialmente en una orgánica que desde su fundación y hasta nuestros días ha tenido tensiones, divisiones, fraccionalismos, caudillismos, tendencias y, además ha sufrido la derrota, el fracaso, represión, desaparición y persecuciones, pero así y todo, hoy sigue adelante.