Dejar de lado la 'opinología' y dar más espacio a crear una legislación dura y eficiente que permita recuperar la confianza ciudadana. Esa es uno de los sellos que el senador (RN) Alberto Espina afirma que buscará imprimir a su gestión en la presidencia de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización de la Cámara Alta.
El senador opositor rechaza la 'bipolaridad', que, a su juicio, se intenta instalar en algunos sectores respecto de que todos los políticos y empresarios serían corruptos. Espina critica la reacción de la UDI luego de la salida a la luz pública de los primeros antecedentes en el caso Penta y afirma que el horizonte presidencial de la Alianza, en el que va a participar, está por el momento supeditado a la reorganización de la oposición en una federación de partidos.
- Entre otros proyectos, tenemos una iniciativa sobre la probidad de la función pública. Es extraordinariamente importante, porque se refiere a las declaraciones de patrimonio e intereses, al fideicomiso ciego y la entrega en administración de patrimonio de autoridades. Es un aspecto clave de la probidad pública que existan transparencia en la información, duras sanciones contra la corrupción y altos estándares en la información que deben entregar las autoridades públicas, para garantizar que en las decisiones que adopten no exista uso de información privilegiada o tráfico de influencias. Este proyecto lleva tres años, y desde el martes, cuando asumí la presencia de la comisión, hemos avanzado resueltamente junto a la ministra Ximena Rincón y los parlamentarios que la integran.
- No acuso academicismo de esa comisión. Creo que toda colaboración debe ser vista con buenos ojos. En la tramitación de este proyecto vamos a estar abiertos a recibir cualquier sugerencia. Hoy existe una desconfianza muy grande en la ciudadanía respecto del comportamiento de parte importante de las autoridades. Nuestra tarea es revertir eso legislando con normas lo más exigentes posibles, al nivel de los países más avanzados del mundo.
- Hay tres comisiones que van a funcionar paralelamente. Tres comisiones avanzan más en proyectos distintos que si todos estuvieran en una sola. El deber de un parlamentario es no ser opinólogo de lo que está ocurriendo, sino contribuir a legislar bien.
- Es un episodio grave. Creo que efectivamente ha dañado a la Presidenta. Pero el deber nuestro es resolver y no sólo diagnosticar estos problemas. Las autoridades tenemos el deber de demostrar a la ciudadanía que vamos a establecer altas exigencias de probidad.
- Creo que la UDI pudo haber marcado una diferencia más clara y nítida respecto de las conductas de quienes aparecen vinculados a hechos de financiamiento irregular de campañas, con mayor anticipación al expresar que esos hechos son inadmisibles e inaceptables. Cada partido resuelve cómo quiere actuar, pero pienso que es un tema que debe investigarse en los tribunales. No podemos ser una sociedad bipolar, en que pasamos de pensar que todos los políticos son corruptos a otra en que no hay casos de corrupción. En Chile tenemos empresarios y políticos que son, por regla general, honestos. Hay casos que se han producido y que han significado irregularidades y otros que probablemente son delitos. Y la mejor manera de demostrar coherencia es legislar muy duro, para que cualquier hecho de corrupción sea duramente sancionado, y permitiendo y facilitando la acción de los tribunales.
- No tengo duda alguna que es necesario establecer que cuando un parlamentario es condenado por un delito de financiamiento ilegal de campaña, tributario o de corrupción, debe perder su cargo.
- En esto hay un daño general a la política. Pero nuestro deber no es seguir repitiendo lo que termina siendo una profecía autocumplida. Todos sabemos que hay indignación. Y lo que tenemos que hacer es que la ciudadanía compruebe que estamos haciendo medidas eficientes y duras para evitar que esto se repita. Y que haya total transparencia en la actividad de un político. La candidatura presidencial parte por una cuestión obvia, que es que hay que recomponer totalmente la centroderecha.
- La centroderecha está fragmentada en cuatro movimientos: UDI, RN, Evópoli y Amplitud. Y el actual mecanismo ha fracasado, porque no es posible tener cuatro partidos que no logran actuar en conjunto, fundamentalmente por la situación actual y la crisis profunda de la UDI. Tenemos que reformular el sector. Y eso implica recorrer el país íntegramente, escuchando a quienes se identifican con la centroderecha. Eso debe ser sobre la base de dos ideas: el relato que debemos defender y la estructura.
- Soy partidario de una federación de partidos que una a movimientos y partidos regionales que están surgiendo en todo el país. Ya no van a existir partidos todopoderosos, sino muy probablemente, 'partidos-ancla', como RN, que tendrá que establecer una federación con entidades regionales. Hay mucha gente que no quiere estar no en la UDI ni en RN.
- Si nos unimos en un partido probablemente nos vamos a achicar, porque habrá gente que no quiera estar en un partido pues no están de acuerdo con RN o la UDI. La gran ganadora con un partido único es la Democracia Cristiana. Hay un grupo de gente de centro que no está contenta en la DC, pero no querrá estar junto a grupos o sectores identificados con una derecha dura.
- El Presidente fue súper claro en eso y estableció una separación. La primera: me parece correcto que reconozca y separe que se trata de un amigo. Porque un amigo se haya equivocado no dejará de ser amigo. Y no obstante de ser su amigo, los actos en que hubiere incurrido y la justicia los sancione, los considera negativos e inaceptables. Me parece que el Presidente se movió en el terreno que debe.