Hombres y mujeres, igualdad y brechas, cifras y porcentajes
El eterno problema de las estadísticas, o como las describía mi padre: el 50% de la población come pollo, yo me como dos; tú, ninguno; o parafraseando al entrenador de fútbol noruego, Ebbe Skovdahl: "las estadísticas son como las minifaldas: te dan algunas ideas, pero esconden lo más importante".
En el último encuentro de ONU Mujeres que tuvo lugar en nuestro país se apuntaba "al ritmo de progreso actual, se necesitarán 81 años para lograr la paridad de género en el lugar de trabajo, más de 75 años para alcanzar igual remuneración entre hombre y mujeres por el mismo labor realizado; y más de 30 años para lograr el equilibrio entre mujeres y hombres en los puestos de toma de decisión".
Y leíamos en la prensa de esta semana: "En Chile la diferencia de sueldos por género se va acrecentando con la edad", "Mujeres con posgrado ganan en promedio $990.000 y los hombres $1.780.000 al mes". "Sólo un 15% de las mujeres egresadas de educación secundaria optan por carreras vinculadas a la tecnología"; "las mujeres trabajan menos horas que los hombres", y tantos otros datos que evidencian las diferencias.
Podemos analizar como queramos las brechas, muchas veces mezclando peras con manzanas, sin desagregar información porque si lo hacemos llegaremos siempre a "la verdad de la milanesa" la respuesta está en la conciliación vida, familia y trabajo, fin a prejuicios, mitos y statu quo.
Hombres y mujeres somos diferentes, aceptemos que no somos iguales, pero también que somos complementarios. Nuestras distintas miradas son necesarias para un mundo que se desarrolle con equidad y equilibrio. Las desigualdades son muestras de poder y aspiraciones frustradas. Y siempre me pregunto, ¿se puede exigir "paridad de género" en el mundo laboral y en el político si no se va a las raíces mismas de la diferencia? A la búsqueda de la conciliación y corresponsabilidad desde la base que somos cada uno de nosotros y nuestras circunstancias, cada uno de nosotros y nuestras parejas y la forma como compartimos las tareas cotidianas, pensando no solo en nuestra comodidad sino también en la del otro.
Para llegar a un estado de igualdad en el ámbito laboral - siempre se le pide a la empresa que solucione este tema - debiéramos ir de lo micro a lo macro, tenemos que estar en sintonía el mundo privado, público y empresarial/laboral. Si buscamos la paridad de género, la igualdad de remuneraciones, la mayor presencia femenina en cargos de decisión tenemos que buscar la conciliación y la corresponsabilidad como fuente de igualdad partiendo desde nosotros mismos desde nosotros las personas y nuestro entorno familiar para así ir escalando a lo público, desde nuestras comunidades a las políticas públicas, desde nosotros al mundo laboral.
Amparo Carmona
Socia Directora de la empresa Head Hunter BC&B