Durante esta mañana debería prestar declaración una serie de testigos por parte de la defensa de Gabriel Lara, pastor evangélico que encabeza el templo del Movimiento Misionero Mundial, de Concepción.
El religioso es acusado por el Ministerio Público por el delito de abuso sexual impropio reiterado en contra de una menor que en la actualidad tiene 11 años, hija de un matrimonio seguidor de su iglesia.
Según el ente persecutor, Gabriel Lara habría abusado de la menor en varias oportunidades en hechos registrados durante 2 años a partir de 2011.
Durante el juicio que se lleva a cabo desde el lunes en la Cuarta Sala del Tribunal Oral de Juicio en lo Penal de Concepción, a la fecha ya han declarado los testigos de la Fiscalía (5), entre los que se encuentran los padres de la víctima como la misma menor.
La Fiscalía penquista busca la pena de cárcel de 10 años, argumentando que hay elementos probatorios suficientes que acreditan el actuar irregular de Gabriel Lara, el que se habría consumado en dependencias de la casa particular de éste, que se encuentra conectada con el mismo templo evangélico que él dirige.
Por ello es que ayer peritos policiales expusieron ante las magistradas detalles que tenían que ver tanto con el origen del caso al momento de tomar la denuncia correspondiente, como evidencia planimétrica del inmueble en cuestión. De acuerdo al fiscal adjunto, Bernardo Orellana, los abusos fueron realizados en una habitación y en el baño de la casa, el que era de uso común para los feligreses que todas las semanas llegaban al templo conectado por medio de escaleras con su hogar.
Según una perito del caso, en palabras de la víctima, hubo entre 10 a 12 episodios de delito donde "(el acusado) tocaba las partes íntimas de la menor, pagándole $500 en cada ocasión".
Vale consignar que el caso comenzó a indagarse tras la denuncia de una profesora de la niña a quien la misma víctima habría dicho que estaba preocupada porque notaba que el pastor ya "miraba con otros ojos a su hermanita menor", además de "que según ella, su mamá ya estaba al tanto de los abusos, y le dijo que si alguien la tocaba tenía que defenderse".
"Llamó la atención de que cuando concurrimos por primera vez donde el denunciado, la madre de la menor ya había llegado a la casa de éste a advertirle sobre la situación", narró en el estrado una funcionaria de la PDI.
Familiares del acusado han estado presentes en el tribunal. No quisieron dar declaraciones a este medio.