Ocio versus nec-ocio
El ocio forma parte esencial del desarrollo de una sociedad sana, que estimula el equilibrio entre trabajo y producción, la educación, la cultura, la ciencia y la comunicación. A partir de ese paradigma, se puede pensar en la construcción de comunidades identificadas entre sí y sus ciudades y/o asentamientos, lo que permite potenciar el vínculo entre ellas como habitantes de un territorio, su riqueza y diversidad cultural, en síntesis: su identidad.
El primer paradigma de las culturas clásicas griega y el legado arquitectónico de la cultura romana son el modelo de "sociedad y cultura del ocio". El ocio para ellos se identificaba con la creatividad, diversidad cultural y la riqueza patrimonial, es decir, se vinculaba con lo que llamamos el "mundo de la cultura". Una vez comprendida esta dimensión humana es que los mismos clásicos definen la contraparte del ocio: el nec-ocio. Este aparece como un instrumento para crear una sociedad estable, pero con el eje centrado a partir de su origen primordial, el ocio.
De ahí surge la contradicción, en la que la lógica del mundo económico moderno está descubriendo que el mejor "nec-ocio" va siendo el "ocio". Pero, ¿cómo nos planteamos una sociedad que construya negocio del ocio sin perder su naturaleza ni la creatividad e identidad?
A partir de este dilema es que las industrias culturales se enfrentan a contradicciones profundas entre el desarrollo humano y lo económico, ya que este tipo de acciones e industrias, entre ellas la del turismo, han comenzado a emerger convirtiéndose en importantes aportes al PIB interno. Sin embargo, podrían destruir el propio valor y sentido del ocio.
La oferta nacional es interesante de observar con detención y estar alertas. Así, San Pedro de Atacama es ofrecido al mundo del turismo patrimonial como un objeto de culto, donde lo auténtico y lo artificial están cada día más próximos. Nuestra Patagonia ha pasado de ser un destino de turismo extremo debido al interés paisajístico inconmensurable y de un patrimonio cultural asociado a la vida del arriero, a un lugar de turismo de élite, territorio que es privativo para los chilenos. Hace poco Elqui, valle escondido entre profundas laderas que cuenta con los cielos más despejados y oscuros del mundo para la observación de las estrellas, adquirió notoriedad al ser incluido entre los 5 destinos internacionales imperdibles de 2015. Pero ya han surgido voces y datos específicos sobre el exceso de luz y brillo nocturno que está provocando el aumento desmedido de visitantes.
Es necesario estar atentos y regular las condiciones de la industria del ocio para que podamos valorar nuestro patrimonio en el presente sin exponerlo en el futuro. No debemos olvidar que finalmente "el hombre es el principio y el fin del desarrollo".