Bienestar subjetivo infantil y familia
En una sociedad cada vez más competitiva y exigente en lo académico, social, económico y otros, es necesario reflexionar acerca del bienestar ("De bien y estar"). El bienestar subjetivo se refiere a las evaluaciones (positivas o negativas) que las personas efectuamos respecto a nuestras vidas, ya sea como un todo o sobre ámbitos específicos (salud, trabajo, el barrio en el que vivimos, entre otros).
Autores plantean que el bienestar subjetivo sería como una especie de balance emocional y cognitivo que las personas haríamos y que daría cuenta de la evaluación global que hacemos acerca de la calidad de nuestras vidas ante circunstancias vitales (Seligson, Huebner & Valois, 2003, Diener 1994). Este tipo de estudios se han realizado en Chile o en el extranjero en población adulta, en que se le solicita a las personas informar, a través de encuestas, acerca de cómo evalúa su calidad de vida, obteniéndose así índices de bienestar, pero ¿qué sabemos de bienestar subjetivo infantil y de éste en Chile?
En el año 2012 se realizó el Primer Estudio Nacional de Bienestar Subjetivo Infantil como parte del Estudio Internacional sobre Bienestar Infantil, por investigadores de Usach y UDD, bajo el patrocinio de Unicef-Chile. Su importancia es que nos permite acceder a información que, comúnmente, no es incorporada en la toma de decisiones que afectan la vida de niños y niñas y plantean que a través de ella se puede conocer la calidad de vida "realizada" en un país (Veenhoven, 1994). Asimismo permitiría a nivel público y privado, tomar medidas de prevención, detección temprana e intervención en poblaciones de riesgo, además de avanzar en el reconocimiento de los niños y niñas como "sujetos de derecho" y reorientar las políticas acerca de la infancia.
Esta encuesta se realizó con niños de 8 a 13 años (tercero a séptimo básico) de establecimientos municipales, particulares subvencionados y particulares pagados de la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío, en que un 53,1% correspondía a niños y un 46, 9 % a niñas.
Esta evaluación indaga acerca de las percepciones sobre satisfacción en distintos contextos: relaciones familiares, en la escuela, con sus pares, uso del tiempo libre, relación con su barrio y sentimientos consigo mismo. A nivel de las relaciones con su familia, arrojó que un 91% de los niños y niñas se sienten seguros en casa, un 84% consideran que sus padres o cuidadores los escuchan y tienen en cuenta, un 84% considera que lo pasan bien todos juntos en familia, un 90% considera que sus padres o cuidadores los tratan bien, entre otros resultados.
Se podría agregar que a nivel familiar, saber cuáles son las percepciones sobre satisfacción acerca de las relaciones familiares de nuestros hijos, nos debería permitir: empatizar, legitimar y respetar su opinión, nos da la posibilidad de dialogar y otorgar sensación de pertenencia. Además nos debería reorientar (si es que fuese necesario) nuestro enfoque de uno deficitario a uno centrado en las fortalezas familiares junto con estimular los vínculos afectivos; acercarnos, cohesionarnos y establecer compromisos familiares.