Simples actividades pueden traer grandes beneficios durante las vacaciones
El clima del verano y el tiempo libre de las vacaciones son una mezcla perfecta. Pero, mientras los grandes pueden organizar sus propios planes para disfrutar los días; para muchos papás, mamás y/o cuidadores saber cómo entretener a los niños puede transformarse en una tarea compleja. Y es que muchos de ellos asistieron durante todo el año al jardín infantil o colegio, manteniéndose horas ocupados entre distintas actividades.
¿Cómo aprovechar y distribuir el tiempo en vacaciones? La respuesta está en que esta temporada tiene muchas ventajas, donde la entretención y el apego se transforman en aliados. La clave es saber aprovechar esta oportunidad.
Así lo sostiene el psicólogo de la Junta de Jardines Infantiles Biobío, José Miguel Robles, quien afirma que la primera consideración es que las vacaciones son una extraordinaria instancia para fortalecer los vínculos afectivos generando que las relaciones entre padres e hijos se vean beneficiadas si se aprovecha el tiempo, compartiendo de manera lúdica y educativa distintas actividades.
ESTAR CON LOS HIJOS
Sobre todo durante la primera infancia, "los padres deben tener un rol activo, se deben dar el tiempo de jugar con los niños, no sólo supervisar y acompañar. Deben involucrarse en el juego y en los intereses de sus hijos", afirma.
Y es que los primeros años de vida son primordiales en el desarrollo emocional de una persona. Por eso, según Nancy Jorquera, educadora de párvulos de Junji, darle a los niños una buena base emocional, con énfasis hasta los cinco o seis años, es un regalo para la adultez.
Desde allí, dice que el llamado urgente es a apagar la televisión, el celular y el computador, y pasar tiempos de calidad con la familia, porque las vacaciones son el momento para que los adultos estén con sus hijos, dedicándoles todo el tiempo posible. "Es hora de que se salga de la casa y se dejen de lado los aparatos tecnológicos, y esto para niños y adultos, porque ambos están inmersos en esto que es una contradicción, un mundo de las comunicaciones en el que se está más incomunicados que nunca entre los componentes del hogar", asevera.
El hecho de que los adultos estén muy sumergidos en el 'mundo de las comunicaciones', provoca que los niños se sientan y estén solos. "Hay que sacar a los niños del espacio físico del hogar, puede ser al patio, al parque o a la playa, pero hay que generar ese momento en que los papás se conecten con sus hijos, sentirlos cerca, reencontrarse después de un año en el que estuvieron inmersos en otras actividades", recalca. Retroceder en el tiempo y recordar qué les hacía felices cuando niños, es el consejo que la educadora entrega a los padres. Jugar a escalar un árbol, con una mascota o andar en bicicleta son simples actividades que pueden marcar la diferencia, otorgando un momento para que padres e hijos se reencuentren en el juego.
SALIR Y CONOCER
José Miguel Robles dice que para fortalecer los lazos afectivos los adultos deben incentivar a sus hijos a realizar actividades en familia junto a sus hermanos, primos o también amigos. Pero hay que dejar de lado la televisión o videojuegos, porque la interacción es lo más importante. Y es que, según explica, durante la primera infancia el desarrollo es como un péndulo que va desde lo vincular con el apego hasta la exploración.
Por eso es que también hay que preferir las actividades al aire libre que ayuden a promover la creatividad y curiosidad, y activen la exploración.
El clima da ventajas en verano, condición que, junto a lo que ofrece el entorno, hay que saber utilizar. Así, mientras el vínculo se fortalece pasando tiempo de calidad y conectándose con los hijos, salir a dar un paseo por el parque, ir a la feria o conocer un museo activan la exploración. "Salir a la plaza, conocer a los vecinos y ver si hay otros niños que puedan ser futuros amigos incentivan a la exploración al mismo tiempo que desarrollan las habilidades sociales", agrega.
La exploración es importante en el desarrollo de los niños, les permite tener contacto y conocer el mundo externo, logrando seguridad y tranquilidad para desenvolverse.
Lilian Poveda, jefa de carreras Técnico en Educación Parvularia y Técnico en Educación Especial de Santo Tomás Concepción, afirma que la exploración genera un aprendizaje por descubrimiento que el niño realiza de manera autónoma, así lo aprendido se torna duradero. "La exploración y el contacto directo permiten que utilicen variados canales sensoriales para percibir los nuevos estímulos, clave para generar nuevos aprendizajes", aclara.
Para promover la exploración se deben realizar actividades en la que los niños utilicen todos sus sentidos. Ir al campo y que coleccionen flores de distintos tipos y las clasifiquen en función de sus diferencias (tamaño, forma, color, olor o textura); ir de compras a la feria y que hagan lo mismo con frutas y verduras, o comer y explorar sabores y texturas de los alimentos son simples ejemplos.
"Lo esencial es que exista un pequeño mundo por descubrir y dejar que sean ellos quienes, con libertad, lo exploren. Así, las sensaciones hasta entonces no experimentadas se convertirán en aprendizajes nuevos", afirma.
Días soleados y agradables temperaturas permiten que durante el verano se puedan realizar diversas actividades al aire libre en distintos entornos. Y esto tiene innumerables beneficios, afirma Lilian Poveda, académica de Santo Tomás.
En primer lugar, explica que el contacto con la naturaleza ayuda al desarrollo cognitivo, porque son muchos los elementos que un niño puede percibir a través de sus sentidos, como los olores, texturas y sonidos. Al agregar la verbalización de todo aquello que el niño va descubriendo, se enriquece su repertorio léxico en forma natural y sencilla. Asimismo, dice que "al estar en contacto con la naturaleza se desarrolla el amor y conciencia por el entorno, y con ello la llamada inteligencia naturalista, es decir la habilidad para entender el mundo natural". Agrega que el desarrollo físico y motor se ve mejorado en las actividades al aire libre, pues la actividad física favorece la oxigenación, además de la coordinación, el equilibrio y la armonía de movimiento entre otras.
Salir a caminar, andar en bicicleta por el parque o dar paseos al mar o al río -sobre todo en la Región del Biobío donde se cuenta con diversos recursos naturales-, son simples actividades que pueden traer grandes beneficios, además de que favorecen los vínculos afectivos y la activación de la exploración. Esta época es ideal, también, porque se pueden aprovechar todos los juegos con agua.
La creatividad, según la reconocida neuropsiquiatra chilena Amanda Céspedes, es dar una respuesta a los desafíos que surgen. Pero ser creativo también implica romper esquemas, ser diferente. Por lo mismo, fundamental es los adultos promuevan actividades que potencien la creatividad. Según Lilian Poveda, jefa de carreras de Técnico en Educación Parvularia y Técnico en Educación Especial de Santo Tomás Concepción, esto se logra a través del juego simbólico. Tener disfraces y permitir que los niños hagan juegos de roles es una buena idea, aunque esto se logra tan solo con dejar que los niños se vistan como sus padres y sean como ellos.
Las actividades de cocina también son importantes. Que diseñen con masas o que creen variaciones en recetas previamente conocidas son simples ejemplos.
"Las manualidades o pinturas también son una buena fuente de estímulo para el desarrollo de la creatividad. Para ello se puede permitir que los niños decoren a su gusto, utilicen y mezclen los colores, diseñen según lo que sienten y empleen distintas técnicas. Otra actividad, que no requiere ningún material, es hacer juegos verbales. Aquí exponemos a los niños a situaciones problemáticas y dejamos que ellos encuentren soluciones", plantea.
Durante las vacaciones, según Lilian Poveda, académica de Santo Tomás Concepción, se dan las condiciones para desarrollar actividades familiares, porque se dispone de tiempo y no están presentes ni el estrés ni las preocupaciones del trabajo. Así, los niveles de conexión con los hijos se benefician, porque los padres pueden escucharlos, conocerlos y compartir actividades de su gusto sin apuros. "Es una época en que mantenemos una excelente disposición para nutrirnos en los afectos y participar de actividades como familia", manifiesta.
En ese sentido, explica que las actividades que fomentan y fortalecen los vínculos y el apego con los más pequeños son aquellas en la que los adultos se involucran en los juegos que ellos disfrutan. "Si un niño descubrió que hacer castillos de arena es entretenido, como adultos tenemos que compartir esa fascinación e involucrarnos en esa actividad como si fuéramos niños", ejemplifica. En tanto, con los hijos mayores es positivo utilizar el tiempo para conocer sus intereses, dándose el espacio para conversar sobre temas que ellos propongan y compartir aficiones.
Esto además de fortalecer el lazo, beneficiará la confianza entre padres e hijos.