Año Nuevo, de nuevo
Los muchos buenos deseos y una cantidad increíble de rituales, algunos prehistóricos y supersticiosos, de esos que se han implantado desde miles de siglos en nuestro rinencéfalo, se hacen presentes, para tomar nuevos impulsos y empezar con otro año a cuestas. A las 00.00 horas nuestras, comer uvas, lentejas, anillos en la copa de champagne, subir a una silla con la maleta en la mano para viajar, ruda en el bolsillo, colaless amarillos y otras, todo un animismo para cambiar de folio y emprender otro ciclo de lo mismo, con renovados bríos.
n sha'a Allah,
Nos enmendamos para mejorar algunos de nuestras pifias y nos planteamos otros eternos objetivos. Entre todo ello, para figurar como humanos integrales, empezando desde los pies hacia la testa, nos planteamos altruistas propósitos: como el alimentarnos mejor con menos comida chatarra y más agua, ya que aún es relativamente barata y poco escasa en nuestro medio ambiente (las próximas guerras, ya no serán por el oro negro, sino por el oro insípido, incoloro e insaboro) y realizar alguna actividad física, no solo gimnasia bancaria; incursionar en otras actividades creativas y recreativas, que tan bien afectan a nuestras neuronas y a la recuperación durante el día del estado alfa, uno de aquellos estados del sueño y del REM.
tête a tête