Esperanza de vida
Entre 2002 y 2012 la esperanza de vida al nacer aumentó dos años en los hombres y un año en las mujeres, de acuerdo con un informe dado a conocer hace unos días por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que a la vez detectó un crecimiento en la esperanza de vida de las personas que llegan a los 60 años, tanto hombres como mujeres.
Varios factores han influido en estos indicadores, entre ellos, la baja mortalidad infantil, el control de las enfermedades infecciosas y de las patologías crónicas en adultos mayores.
En promedio, la esperanza de vida al nacer de los hombres era de 74,07 años el año 2002, mientras que el 2012 llegó a 76,13 años, y la de las mujeres subió de 80,28 a 81,27 años.
A su vez, la esperanza de vida de los hombres que llegan a los 60 años se elevó de 19,4 a 20,6 años entre ambos años. Y la de las mujeres que cumplen 60 años subió de 23,4 a 24,6 años.
A nivel regional, los mayores incrementos en la esperanza de vida se observaron en Tarapacá, Bío Bío y Magallanes para el caso de los hombres, con aumentos de aproximadamente 3 años. Y en la Región del Bío Bío para las mujeres, con un aumento de alrededor de 2 años. En nuestra zona, la esperanza de vida al nacer era 73 años hace una década y el año 2012 llegó a 76 para los hombres y en las mujeres pasó de 79,6 a 81,2.
Chile tiene una de las tasas de mortalidad infantil más baja de Latinoamérica y ha tenido un persistente mejoramiento, por el control de enfermedades digestivas y respiratorias que causaban la muerte a temprana edad.
Pese a la mala percepción de la salud pública que tiene la población en general, el país cuenta con una de las mejores tasas de cobertura en el control de enfermedades, gracias a la vacunación, factor que permite el aumento de la esperanza de vida. Chile es una de las naciones latinoamericanas líderes en índices de cobertura de vacunación y la asistencia al parto, así como y en la disminución de la desnutrición.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, las tres primeras causas de muerte prematura en el mundo son las enfermedades coronarias, infarto cerebral y las infecciones respiratorias, como la neumonía, aspectos en los que en el país ha habido progresos importantes en las últimas décadas, aunque no siempre sean reconocidos.
Pese a la mala percepción de la salud pública que tiene la