"Querido hijo...
Querido hijo, quisiera contarte tantas cosas, como por ejemplo, cuando ibas a nacer los médicos dijeron que si yo vivía tú morirías, pero Dios nos dio vida a ambos para compartir todos aquellos maravillosos momentos que la vida nos regaló, vivíamos tan felices, eran mi mundo y yo vivía completamente orgullosa de ustedes, mis hijos, por eso es que no puedo comprender y me cuesta aceptar tu partida.
Jamás imaginé que aquél de noviembre de , cuando saliste con Gerardo Roa, comenzaría mi gran pesadilla, al no verte regresar a casa, comenzando así nuestra incansable búsqueda, tu hermano, papá, familia, vecinos, amigos y compañeros. Sólo quería morir, pero mi amor por ti me dio la fuerza para levantarme día a día para continuar tu búsqueda en la agonía de no tenerte a mi lado.
Eras tan alegre, conversador, buen hijo, buen amigo y hermano, no sabes cómo extraño todos aquellos momentos cuando estábamos juntos, adoraba escucharte cantar, sobre todo mi canción "Como yo nadie te amó", de Bon Jovi, imborrables recuerdos, nuestras largas conversaciones después de almuerzo, levantándonos de la mesa a las cuatro de la tarde, haciendo proyectos los tres juntos.
Hijo, quisiera ahora hablarte de mí, todos estos años he sentido que mi corazón fue partido en dos, sólo siento latir una mitad, la otra parte se fue junto a ti. En este largo caminar, acompañado de tu hermano, hemos tocado muchas puertas, no nos hemos rendido y no lo haremos jamás. Nos han amenazado, atacado, incluso demandado, pero nada nos hará dejar atrás esta lucha y la ilusión de conocer la verdad de tu muerte.
Yo sé cuánto ama una madre a sus hijos, créeme que hubiese dado mi vida aquella noche a cambio de la tuya, tenías toda una vida por delante y te la arrebataron. Siempre pensé que la muerte de mi madre sería el dolor más grande de mi vida, también perdí a tu padre, pero el dolor de la pérdida de un hijo no se compara con nada.
Hijo, quiero contarte también lo mucho que sufrió tu padre con tu partida, a tal extremo que murió llamándote, hoy me hace falta su apoyo, nos coordinábamos los tres con tu hermano para hacer las diligencias necesarias para seguir adelante con el caso, también le prometí que encontraría la verdad antes de su partida.
Hoy no entiendo cómo las personas que te secuestraron y te quitaron la vida, pueden vivir con su conciencia, y que no tengan el valor de reconocer el crimen, que ni el dolor y ni la procesión de esta madre los ha conmovido. Son ya años sin disfrutar de una Navidad, un Año Nuevo, sin poder abrazarte en tu cumpleaños, pero sé Coke que estás conmigo en cada momento, que me acompañas en este largo caminar, que cuidas de mí y sostienes mis tristezas cada vez que lo necesito. Pero tengo muy claro que tú y Dios me dan el valor y las fuerzas para seguir adelante y no rendirme.
Te contaré hijo que ya van tres ministros encargados de investigar tu causa, ninguno de ellos ha llegado a definir causa ni culpables, pero hoy tenemos todas nuestras esperanzas en la nueva ministra, señora Carola Rivas. Está haciendo lo imposible para llegar a la verdad, por eso le pido a Dios y a ti hijo que la ayuden para que ella tome las decisiones correctas para avanzar en la verdad y poder dejarte partir, eso no significa que te olvidaré, sino para que descanses en paz y yo poder asumir un duelo como corresponde. Espero con ansias ese día, sería el mejor regalo que Dios me puede dar.
Por último hijo, a nombre tuyo quisiera dar las gracias a todo mi país, a mi hijo Álex, a toda mi familia, a la Comisión por la Verdad y la Vida, a los medios de comunicación, que marcharon conmigo y sobre todo a Dios. Sé que en este mundo estamos de paso, no sé cuándo, pero nos encontraremos y podremos abrazarnos y decirte personalmente cuanto te amo.