El principito de Fernanda
Fernanda Manque es audiovisualista y periodista. Fue mi alumna y anudamos una amistad que se prolonga gratamente por los años. Montamos un pequeño automóvil con su hermana, la siempre sonriente Gabriela Palma, y Soledad, mi hija, a Mendoza, por tierra. Sentí muchos dolores en mi espalda y lo atribuí al duro y lento cruce de los Andes.
Al regreso de ese divertido viaje del que traje multitud de libros y chalecos, se acentuaron mis quebrantos. Poco tiempo después, acudí a un traumatólogo y a varios kinesiólogos. Incluso a un masoterapeuta y a otro masajista que trataba de atenuar los espasmos con piedras calientes. Nada resultó. Finalmente me infiltraron y quedé tetraparésico. Eso fue hace cerca ya de cuatro años.
Fernanda Manque me visita con frecuencia y engarzamos anécdotas, recuerdos y proyectos. Ella ha viajado mucho a Brasil en el último tiempo. Antes grabó un video de la primera presentación de 'Acúsome, Padre: Soy Periodista', mi libro. Ahora vuelve con una sorpresa que me emociona: O Pequeno Príncipe, 'El Principito' en portugués, con acuarelas del autor.
Me emociono al ver la notable edición de la obra de Antoine de Saint-Exupéry. 'Usted lo ha leído tantas veces que no tendrá problemas para comprenderlo', me dice con simpatía, cuando me entrega el ejemplar. Así es.
Introducción, descripciones, diálogos. Todo -o casi- con fluidez. Al comienzo, se advierte que la traducción es de Dom Marcos Barbosa. La desafío a que me la dedique en portugués.
La trascribo textualmente, con los riesgos que importa: '¡Parabéns, mue querido profe! É com muito carinho e gratidão que dou este pequeno presente no seu aniversário. Pequeno como o príncipe que mora aqui neste livro! Acho que da pra entender as palavras. Já sabe que a linguagem e sabedoria do Principito é universal. Um abraço! Fernanda'.
Me estremezco. En otros días, a pesar de mis esporádicas promesas de amor, no aprendí alemán. Jamás pude traducir el ejemplar de 'Confieso que he vivido', las memorias de Pablo Neruda, uno de mis grandes libros favoritos.
Recurro al traductor con una frialdad algo impertinente. Me responde: 'Ich gestehe, dass ich gelebt habe'. ¿Corresponde al sentido profundo de lo que quiso decir el poeta?
También tengo una traducción de estos recuerdos al portugués.
Como tiene muchas más páginas apelaré a la gentileza de mi amigo Óscar Alejandro Carreño, profesor de semiología, quien vivió 20 años en Sao Paulo.
Aunque el manuscrito le saldría bastante más afanoso que a Fernanda Manque.