Leoncio Toro deja la gerencia de la Cpcc tras 32 años
Alumno fundador del Instituto de Humanidades de Concepción, Leoncio Toro Araya trasluce en su mirada una cuota de tristeza. Y es que después de 32 años de pertenencia a uno de los principales gremios de la Región, como es la Cámara de la Producción y del Comercio (Cpcc) dejará su oficina, los trofeos, los recuerdos de sus compañeros, los de ahora y los de antes, de las jornadas de trabajo vividas ahí en donde pasó casi la mitad de su vida.
No fue allí obviamente donde partió su labor profesional, pero consecuencia de ella es que fue y seguía siendo la voz del gremio empresarial.
Nació en Santiago hace ya casi 70 años, pero a los 8 llegó a Concepción. Estudió primero en los Padres Franceses, luego se fue al Instituto de Humanidades, de Tercero a Sexto Preparatoria. Después su padre, militar de carrera, lo envió a la Escuela Militar allá por el año 62 -63 al curso equivalente a Quinto y Sexto Humanidades, ya como segundo Brigadier, lo que le evitó sufrir las consecuencias de ser de primer año. Este tipo de instrucción no logró sin embargo, despertar en él la vocación militar. Volvió a Concepción e ingresó a la UdeC a estudiar ingeniería comercial y se recibió en 1969.
A comienzo de los 70 entró a trabajar a la Carbonífera Schwager donde permaneció hasta el inicio de los 90. Recuerda que entró a la unidad de informática cuando los computadores eran del tamaño de un clóset. De ahí fue pasando por diversos cargos, llegando a ser subgerente de Finanzas, a cargo de la administración de la empresa y de los establecimientos mineros de Lota, Schwager, Colico, Pilpilco y Lebu, de Arauco. El año 74, la empresa pasó a llamarse Enacar hasta hoy y si bien es una estructura como sociedad anónima el principal accionista sigue siendo Corfo (90%) por eso se le consideraba una empresa estatal.
Durante ese tiempo transcurrieron los gobiernos de Frei Montalva, Allende, Pinochet y Aylwin.
Pausado y gentil como siempre, don Leoncio recuerda que en aquellos primeros tiempos había gran producción de carbón, pero con una carga de trabajadores cada vez más difícil de sostener. 'Entre el 75 y el 76 salió una ley que permitía dar una doble indemnización a todo el que quisiera retirarse. Se fueron unos 8 mil'.
Se habían ido tantos que hubo que contratar nueva gente. Pero en el intertanto salió un nuevo código del Trabajo, del entonces ministro José Piñera, que exigía clasificar a las personas entre empleados y obreros, en categorías A/B o C/D, y sin los beneficios de antes, lo que generó muchos conflictos. 'Las minas entonces estaban bastante alejadas, había que construir casas y se les pagaba luz y agua a los trabajadores y eso se terminó'.
La gerencia de la empresa se vino a Concepción, arrendó dos casas en la esquina de Lincoyán y O´Higgins y ahí funcionaron las oficinas. Eso hasta 1980 cuando Schwager se traspasó a privados.
Tras salir de Enacar, junto a un socio instalaron un servicentro en el sector Cuatro Esquinas (Hualpén). El negocio duró poco más de tres años. Entonces, en 1982 más precisamente, Leoncio Toro ya era director de la Cpcc. Pasaron 12 años y en 1994 llega a la gerencia general del gremio. Eso, más los 20 años que cumplió este octubre recién pasado, suman 32 años en la entidad gremial.
Y no son los años ni la falta de energía la causa de su alejamiento voluntario. Y como hay momentos en que hay que ser políticamente correcto, solo dice que 'es un tiempo más que suficiente para emprender nuevos rumbos aprovechando que a uno le queda fuerza y salud'.
Mientras recorre la oficina con la nostalgia que se le impregna en el rostro, agrega que 'uno tiene que aprovechar la experiencia. Se pueden generar nuevas acciones de ayuda a las mismas empresas que están funcionando y emprendiendo nuevos proyectos'.
Entre esos proyectos está participar más en la consultora medioambiental que tiene en sociedad con sus hijos. Tiene cuatro, todos varones y 9 nietos.
No tiene grandes hobbies, pero cuando está en la casa lo que hace es maestrear, leer y pasar largas horas en su Ipad o en el computador. Y al aire libre, pasear en su bicicleta eléctrica. 'Pedaleo y si me canso, la echo a andar, tiene buena autonomía y lo disfruto muchísimo', cuenta.
Respecto a la Cpcc propiamente tal, don Leo como le dicen sus más cercanos, sostiene que es una entidad transversal porque en ella participan entidades muy representativas de lo que es la Región, aunque los gremios sectoriales, como la Asipes o la Corma, tienen directivos más involucrados por razones obvias.
Consultado sobre si siente que la Cpcc ha perdido protagonismo como contraparte privada en la comunidad local, afirma que siempre se pudo haber hecho más, pero depende mucho de las personas que están a la cabeza. 'El gerente es el gerente no más, es el directorio el que debe dar las pautas o las líneas de acción para saber hacia donde ir'.
No obstante reconoce que hubo distintas etapas. Unas con mucho involucramiento y donde la voz del gremio se hizo sentir, pero en otras ocasiones no. Cuando comenzó el gobierno de la Concertación no se produjeron grandes inquietudes, pero luego vinieron proyectos donde el empresariado se vio amenazado con reformas que apuntaban a la negociación interempresas, por ejemplo.
Luego vino una etapa como de acostumbramiento aunque antes y hasta hoy participamos en instancias con el sector público, como cuando se creó el Corecyt, que pretendió vincular a las universidades y las empresas. Una opción que podría haber sido muy potente o como cuando se creó Innova Bío Bío, un modelo en el que la Cpcc participó desde muchos antes, que luego dio origen a Innova Chile, pero que al momento de ponerlas en práctica se fueron diluyendo porque no había presupuesto.
La Cámara tiene que involucrarse con más fuerza con las ideas que vayan en beneficio de las empresas de la Región, con claridad y decisión. Creo que es el directorio el que debe transmitir esos mensajes y liderarlos. Para eso el ideal es que el directorio estuviera conformado por empresarios independientes.
Sin embargo, y a partir la larga experiencia de este destacado ejecutivo, lo preocupante es que esos desafíos se ven difíciles de alcanzar cuando se observa un gran desinterés de los empresarios por participar en la actividad gremial, según admite el ex gerente general de la Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción.