Concepción sin marca
En Chile tenemos una fascinación por los ránkings. Comenzó en los noventa como un juego, como una muestra de nuestro carácter aspiracional de país isla, cuyo ejemplo más folclórico eran los récords Guiness de la empanada, estofado, pastel de choclo o pisco sour más grandes del mundo.
Hoy esta expresión de nuestra nueva virtud/defecto, la competitividad, ya ha decantado en mediciones para todos los temas, gustos y estándares: Desde la altura de un edificio en el contexto continental hasta el lugar mundial, latinoamericano u Ocde en educación, transparencia o desigualdad en la distribución del ingreso.
A nivel nacional no nos quedamos chicos. Sin ir más lejos, en las últimas semanas salieron dos torneos de opinión que hicieron competir virtualmente a las ciudades de esta angosta faja de tierra, en los cuales nuestro querido Concepción aparece entre los nominados, pero siempre en el montón.
El Ranking de Ciudades Inteligentes en Chile, del Centro de Estudios Digitales (CED) de Fundación País Digital, nos puso en quinto lugar general, tras Santiago, Puerto Montt, Temuco y Coquimbo/La Serena. Pese a que estamos sobre la media en todas las variables consideradas (medio ambiente, economía, movilidad, gobierno, sociedad y forma de vida), en ninguna ganamos; no hay un atributo que nos distinga positivamente.
Según el Barómetro Imagen Ciudad, de Visión Humana, Viña del Mar es la mejor calificada por los chilenos para vivir, estudiar y trabajar. Le siguen La Serena y nosotros, mientras baja Valparaíso. Pese a que tampoco ganamos en ningún ítem, según los creadores del indicador destacamos tanto por lo relevante del puesto como por el hecho de haber irrumpido de súbito, probablemente por la reconstrucción post terremoto.
Curioso nuestro ascenso considerando que, según el Centro de Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, en 2013 figuramos como la cuarta ciudad más contaminada de Chile con 46,3 microgramos de PM 2,5 por metro cúbico de aire anuales. Y en 2013 rankeamos en el noveno puesto de las 17 urbes más caras del país, de acuerdo al Índice de Costo de Vida de la Universidad del Desarrollo (elaborado en base a una canasta de bienes y servicios estándar para ejecutivos).
Aunque más allá de lo cuestionable de las mediciones, me quedo con el déficit de imagen que percibo cada vez que salgo de la ciudad. "¿Y qué es de Concepción", me preguntan en el norte y en el sur, dejando entrever que para el resto estamos en el mapa, pero no estamos en la agenda desde el 27F. A todas luces nos falta construir una marca ciudad que nos sacuda, que nos saque de la leyenda y nos ponga de veras en el pódium.