Católicos y vida pública, ¡bienvenidos todos!
Cuando el Papa Francisco asumió como representante de Pedro, el mundo miró y escuchó por semanas sorprendido lo que pasaba. Casi nadie quedó indiferente ante el hacer y decir del nuevo Pontífice. Desde sus ropas hasta la forma de transportarse, todo en torno a Francisco comunicaba una fresca novedad: su humildad, el coraje de sus palabras, el realismo declarado de su misión, la fuerza de su alegría evangelizadora, la congruencia con una austeridad que se extrañaba.
Su llegada no pasó desapercibida y así aún lo reflejan los titulares y la cobertura mediática mundial. Es por eso que la Universidad Santo Tomás, haciéndose eco en Chile de su mensaje, ha organizado la V Jornada de Católicos y Vida Pública, titulada 'La novedad del Papa Francisco, la alegría del Evangelio'. Esta iniciativa, propicia el encuentro y la reflexión de la comunidad en torno a la sociedad actual, mediante el testimonio y ejemplo de destacados católicos en el ámbito político, económico, artístico e intelectual.
¡Cuánta falta nos hace generar espacios de reflexión, tolerancia y respeto en torno a temas relevantes! Economía inclusiva, política al servicio del bien común, una educación que humanice son sin duda tópicos que no debieran dejarnos indiferentes. Por eso, en tiempos en que se descalifica e incluso ridiculiza a quien piensa distinto, que se intenta anular al que opina diferente, en una sociedad que parece tener tantas verdades como personas y opinantes hay, la Iglesia Católica tiene mucho que aportar, escuchar y convocar en este sentido.
Así también lo reconoce el propio Francisco en su Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, al decirnos: 'Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien'. Y agrega: 'Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado.'
Por eso, bienvenidos todos a opinar, a rebatir y debatir, siempre bajo el necesario marco de respeto y tolerancia. Bienvenidos a intercambiar ideas y reflexionar desde todas las tribunas y voces: sociales, políticas, religiosas, económicas, entre otras. Bienvenido el mensaje de Francisco y su alegría evangelizadora.